Este viernes llega a nuestros cines Zoolander 2, en ella el supermodelo interpretado por Ben Stiller, vuelve a la carga 15 años después de su primera entrega. La que fuese una crítica feroz en el mundo fashionista regresa en plena era Instagram.
En Zoolander 2, Ben Stiller vuelve con su inseparable compañero Owen Wilson, e integran en el equipo a Penélope Cruz, que regresa a una gran producción, tras su paseo por películas menos comerciales, y el parón que se tomo como madre.
En esta secuela el supermodelo Derek Zoolander, debe luchar contra una organización que pretende sacar del mercado tanto a él como a su compañero, mientras que en el intento de desprestigiarle montones de celebridades del mundo de la moda mueren con la patentada mirada del modelo. Para evitar esta «catástrofe» contarán con la ayuda de la agente de la Interpool interpretada por Penélope Cruz.
Pero hoy no vengo a hablaros de la película en sí, si no de como una promoción, por lo menos en mi caso, puede hacer que las ganas de verla se queden en niveles negativos.
Lo confieso soy una apasionada de la moda, devoro alfombras rojas, y me encanta estar al día de las tendencias (que no de aplicarlas). La primera entrega supuso un soplo de aire fresco a ese mundillo que es el fashion bussines, y es que Zoolander no fue un éxito en taquilla, pero el tiempo la puso en su sitio, ya que apenas recaudó 60 millones de dolares, lo que hacía que apenas cubriese presupuesto.
En esta nueva entrega han puesto toda la carne en el asador, y es que la cantidad de celebrities, y la exposición que eso conlleva en redes sociales, es elevadísima. Las cabezas pensantes al frente de la película han hecho muy bien los deberes, y es que el caché de los «artistas invitados» va a suplirse con creces en publicidad, si contamos los millones de seguidores que tienen en las redes sociales cada uno de los famosos que van a desfilar por la película, nos da un resultado: negocio redondo. La lista es agotadora, los diseñadores Marc Jacobs, Alexander Wang y Tommy Hilfiger, la editora de Vogue Anna Wintour, las modelos Jordan Dunn, Naomi Campbell, Karlie Kloss y Kate Moss, Kiefer Sutherland , Susan Sarandon, Olivia Munn, dos de los hermanos Jonas, Skrillex, John Malkovich, Ariana Grande y, por supuesto, Justin Bieber. No he hecho la cuenta de la cantidad de followers que suman entre todos… pero la cifra debe de ser mareante.
Sin embargo no se han limitado a usar estos intermediarios, y por ejemplo Zoolander 2 , ha eclipsado a la mismísima semana de la moda de Nueva York, como en su día ya hiciese con el cierre del desfile de Valentino en París; y que luego el diseñador se cobró usando a los dos actores de maniquíes vivientes.
Y es que el estreno de la película ha contado con un desfile en toda regla, en el que los protagonistas de la película, Ben Stiller y Owen Wilson, así como Kristen Wiig, Justin Theroux, Will Ferrell y la propia Cruz, desfilaron junto a las tops más reputadas del momento, Irina Shayk y Gigi Hadid. Y entre las que no estuvieron en la alfombra morada pero no quisieron perderse el evento se encontraban Jennifer Aniston (esposa de Theroux), Susan Sarandon y su hijo Miles Robbins, Kendall Jenner o la ya mencionada Anna Wintour.
Watch a recap of the hottest runway show in NYC last night – the #Zoolander2 world premiere.https://t.co/YQeMu9scNM
— Zoolander 2 (@ZoolanderMovie) February 10, 2016
Y aquí no acaba, hay que añadir las sesiones fotográficas junto a Mario Testino, los montones de portadas que han acaparado ( entre las que destaca la de Vogue), y un largo etc…
Ahora bien, ¿ha funcionado todo este despliegue? A falta de ver como responden las salas, los críticos han sido unánimes y tachan a Zoolander 2 de total desastre. Solo por dar algunos ejemplos:
The Hollywood Reporter describe a la comedia como “fuera de lugar” y al argumento como “sobrecargado” y “sin energía”. El filme es “una vestimenta simpática bordada con demasiados accesorios, y una víctima del exceso”, The Wrap agrega que la película “no tiene construcción, sólo una serie de momentos al azar” y que incluso “con cuatro guionistas a mano, suena a ‘hagamos algo hilarante en la publicidad’”. Y la más demoledora de todas, “decepción y un fracaso” para Variety.
En fin, y como conclusión, ¿un exceso de promoción puede hacer que una película sea cargante antes de estrenarse? o ¿simplemente la película no da la talla? Este viernes saldremos de dudas.