La solvente productora de cine de terror indie Blumhouse vuelve a reinventarse con Upgrade, la nueva distopía de Leigh Whannell.
Blumhouse ha sido la gran productora de cine de terror de esta década. Obras maestras del género como Get Out o Insidious han tenido detrás a este nuevo mastodonte indie (suena contradictorio) para salir adelante en un mundo cada vez más centrado en grandes blockbusters que pretendan reventar las taquillas. La fórmula de Blumhouse funciona desde hace diez años y aún no ha dado síntomas de agotamiento: cintas de bajo presupuesto, con caras desconocidas para el gran público y autores originales con historias interesantes por contar.
Upgrade es una de las últimas novedades de Blumhouse. Dirigida por Leigh Whannell, autor de Insidious: Chapter 3. Esta nueva cinta combina a la perfección la ciencia ficción y la acción tan del gusto de los asiduos al Festival de Sitges (donde, por cierto, ganó el Premio del Público); es una nueva revisión de los futuros distópicos y la revolución de la inteligencia artificial. Las pequeñas dosis de gore que contiene la película le dan un toque de personalidad que casa muy bien con el cine habitual de Whannell (recordemos que es íntimo amigo de James Wan, responsable de Saw).
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Logan Marshall-Green es el protagonista de esta entretenida historia que confirma al actor como uno de los más infravalorados de Hollywood. Desde la terrorífica The Invitation, su nombre va ligado al de proyectos indie que sacuden las expectativas de los fans del género.
Upgrade no tiene más pretensión que ser una entretenida cinta de acción que aporte una mirada nueva al cine de ciencia ficción, pero las expectativas con las que uno pueda adentrarse en este mundo distópico se verán recompensadas con una de las grandes cintas de género de los últimos años.