Studio Ghibli, imaginación y filosofía al servicio del arte

Cuando se habla de cine de animación se suele caer en el equívoco, y por otro lado inevitable, error de que se trata de un cine realizado para un público infantil. Craso fallo. Estudios animados como Pixar suelen demostrar esta regla, aunque tengan que realizar películas tanto para niños como para adultos por cuestiones de la compañía Disney (el llegar a todos los públicos). Aún así, consiguen un efecto sorprendente: el de crear mensajes que solo los niños entenderán, al igual que alusiones a temas que solo los adultos comprenderán. Pero no me voy a entretener en este momento explicando (siempre a mi parecer) lo que nos ofrece esta compañía, ya que lo haré sobre un estudio que tiene una forma de hacer cine de animación sin tener que contentar a todo tipo de público. El Studio Ghibli, el cual voy a tratar en este artículo, crea cine y utiliza la animación al igual que a Tarantino o a Nolan les da por rodar con su amada película de 35 mm (aún quedan románticos).

El Studio Ghibli nació en Japón en el año 1985 de la mano de Hayao Miyazaki y su amigo Isao Takahata, aunque sus orígenes datan de la película estrenada en 1984 titulada Nausicaa del Valle del Viento (película que partía del manga escrito por el propio Miyazaki y del mismo nombre). El nombre de Ghibli está sacado del italiano, cuando en la Segunda Guerra Mundial los soldados italianos llamaban así a los vientos calientes y arenosos del desierto del Sahara. Parece ser que se eligió este nombre como síntoma de que estaba naciendo unos nuevos vientos en la industria de la animación. Y vaya si era cierto. Películas como Mi Vecino Totoro, La Princesa Mononoke o El viaje de Chihiro (la cual ganó el Oscar a mejor película de animación en 2001)  convirtieron a este estudio en uno de los más importantes del mundo y al maestro Miyazaki en un director comparado con grandes del cine como Orson Welles o Steven Spielberg.

Si algo caracteriza a las producciones de este estudio son los temas que tratan en cada una de ellas, recurriendo en el contenido pero no en la forma final de la cinta. A pesar de que los ingredientes que se han utilizado para cada creación sean los mismos, el resultado final nos deja historias en contextos totalmente diferentes.

Un tema que nos muestran muy a menudo es el importante paso de la infancia a la madurez y el difícil tránsito por el que pasan las personas para alcanzar esta última. Este concepto se aprecia muy bien en películas como El Viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001), donde la protagonista es Chihiro, una niña que entra en el reino de los espíritus con la intención de recuperar a sus padres. La belleza visual y la imaginación en cuanto a la creación de los personajes no distraen al espectador en ningún momento de uno de los mensajes principales de la película: el paso hacia la madurez de Chihiro, que se encuentra sola y desprotegida, y que debe forjarse una nueva identidad al separarse del seno familiar que siempre la ha protegido. En el camino encontrará duras pruebas que le harán replantearse en más de una ocasión si rendirse o seguir adelante, pero con su fortaleza demuestra que está dejando atrás a la niña que era para convertirse en una persona capaz de tomar sus propias decisiones. Hay que decir que varias de las fuentes de las que emana esta historia bien pudieron ser extraídas de libros como Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll o el viaje de vuelta a casa que relató Homero en su libro La Odisea. La aparición de seres mitológicos como el dragón o los espíritus beben claramente de la cultura mitológica japonesa.

El viaje de Chihiro Studio Ghibli
El Viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001)

Otro tema que podemos ver en sus películas es la defensa del medio ambiente, ya sea mediante conflictos bélicos, como los que podemos apreciar en Nausicaa del Valle del Viento o La Princesa Mononoke, o bien en el de la unión de la naturaleza y el hombre por medio de los espíritus del bosque como sucede en Mi Vecino Totoro (elegida en 2009 como la mejor película de animación de la historia por la revista británica Time Out).

En Nausicaa del Valle del Viento se reflejan los valores y el diálogo frente a la confrontación bélica que una y otra vez hacen tropezar al hombre en la misma piedra. Nausicaa, princesa de El Valle del Viento, se ve envuelta en una guerra contra el reino de Tormekia. El ejército de Tormekia, capitaneado por Lady Kushana, intenta hacerse con el control de un Dios de la Guerra con el fin de eliminar a todos los insectos del Bosque Contaminado. Nausicaa, que dialoga e intenta comprender a estos seres, tratará de evitar esta masacre que podría llevar al hombre a su extinción inminente.

nausicaa del valle del viento Studio Ghibli
Nausicaa del Valle del Viento (Hayao Miyazaki, 1984)

Este intento de unión entre el hombre y la naturaleza también provoca conflictos en La Princesa Mononoke. El joven Ashikata sale en busca del dios Ciervo para que le cure las heridas causadas por el dios Jabalí, al que atacó creyendo que era un demonio que quería arrasar su aldea. En su camino descubre que los animales del bosque están luchando frente al progreso del hombre, un progreso que amenaza con destruir su hábitat y que puede separar al hombre de la naturaleza. Se podría decir que ésta es la cinta más cruenta de la historia de Studio Ghibli, debido a sus escenas de lucha y a escenas bastante duras, poco frecuentes en este género cinematográfico.

La Princesa Mononoke Studio Ghibli
La Princesa Mononoke (Hayao Miyazaki, 1997)

Una cara más amable sobre el ecologismo nos muestra Mi Vecino Totoro, un relato sobre la vida rural japonesa en los años cincuenta, que retrata la relación entre el ser humano y la naturaleza mediante las hermanas Mei y Satsuki Kusakabe con los espíritus del bosque. Los Totoro, espíritus del bosque, muestran a las hermanas lo bonito de la vida rural y campestre frente al progreso desmedido de las ciudades. La interacción con la naturaleza y con los seres que viven en ella en armonía enseñan lo importante que es mantener un desarrollo sostenible para conservar la vida en este planeta.

Mi vecino Totoro Studio Ghibli
Mi Vecino Totoro (Hayao Miyazaki, 1988)

Otros temas que se pueden ver reflejados en las películas de Studio Ghibli son la importancia de la mujer como fuente de vida (vemos que en casi todas sus producciones sus protagonistas son femeninas y se hacen alegorías a su importancia en la sociedad), el respeto a las tradiciones antiguas y la profundidad de sus personajes antagónicos (no son malos porque sí, tienen una historia y decisiones que los han llevado a comportarse de esa manera).

Hay, sin duda, muchos más detalles que podríamos estudiar, pero darían para publicar varios libros. Hay que contar que Studio Ghibli cuenta con 22 películas. Las más conocidas son las del director Hayao Miyazaki, pero también podemos encontrar otras joyas como La Tumba de las Luciérnagas (Isaho Takahata, 1988) o Recuerdos del Ayer (Isaho Takahata, 1991).

Por último destacar el exquisito cuidado a la hora de crear personajes, paisajes y escenarios. Rico en detalles, con una imaginación desbocada y una sutil belleza que hacen de cada plano una obra de arte. Se sigue utilizando la técnica de dibujo y se rechaza por completo el uso de técnicas más avanzadas de animación, defienden así el estilo tradicional frente al progreso tecnológico como hacen en sus películas.

Este 2016, el Studio Ghibli está nominado al Oscar a mejor película de animación por Omoine no Marnie (Hiromasa Yonebayashi, 2014) en el que adapta el libro escrito por Joan G. Robinson y titulado When Marnie Was There.

Omoine no Marnie (Hiromasa Yonebayashi, 2014)
Omoine no Marnie (Hiromasa Yonebayashi, 2014)

También se confirmó el estreno para este año de la película The Red Turtle, de la cual ya informamos en nuestro blog.

Un cine aparentemente sencillo, pero con un fondo muy complejo, en el que se mezclan el crecimiento de las personas en su camino por la vida y la defensa de un medio ambiente cada vez más agotado por la revolución tecnológica y el desarrollo desmesurado del hombre. El Studio Ghibli crea arte al servicio de la filosofía y el ecologismo.