Que Spotlight es una de las películas del año es un hecho. Trata sobre un tema espinoso, reúne a sólido grupo de actores y está presente en todas las listas de premios (Está nominada a 6 Premios Oscar). Pero hay que tener clara una cosa, el espectador ha de saber que se va a encontrar con una película de manual.
Spotlight rehuye por completo el ser polémica o efectista. Su director, Thomas McCarthy (que también firma el guión junto a Josh Singer), presenta uno de los casos que más revuelo levantó en Estados Unidos a principios del presente siglo: El caso de los abusos sexuales a niños sucedido en Boston durante más de cuarenta años que sacudió a la Iglesia Católica a nivel mundial. Este reportaje ganó el Pulitzer al servicio público en el año 2003.
El nuevo editor jefe del Boston Globe reúne al equipo especial del diario, llamado Spotlight, para investigar los casos continuados de abuso sexual a niños por parte de varios curas durante los últimos cuarenta años. Estos hechos son conocidos tanto por la institución como por sus representantes legales, que intentan callar a todo aquel que decida emprender acciones contra ellos.

A partir de esta trama vemos como funciona un equipo de investigación en un periódico. Cada uno con su función, desde el jefe del equipo hasta los periodistas. Desde las reuniones con representantes legales de la institución a la que investigan, pasando por la búsqueda de noticias relacionadas en la hemeroteca y las entrevistas a los afectados, abogados de las víctimas y largas horas de biblioteca. La historia avanza con pausa pero sin detenerse en escenas innecesarias. El proceso de redacción y publicación tiene que ser lento y seguro para evitar cualquier punto flaco en la historia.
Lo que más impresiona de Spotlight es que no cae en ningún tipo amarillismo, nada es exagerado. Como en un buen reportaje de investigación, todo pasa con normalidad. A pesar de tratar un tema tan terrorífico como espinoso en una sociedad tan conservadora como la estadounidense (Boston, en el Estado de Massachusetts, la ciudad católica por excelencia de EE.UU.), no vamos a ver a curas malvados abusando de niños, detenciones en masa y demás historias. El espectador va a asistir al proceso de investigación, redacción y publicación de este hecho por parte del grupo de periodistas. Los protagonistas absolutos de la historia son los periodistas.
Spotlight encuentra su símil tanto en un clásico del cine como Todos los Hombres del Presidente (Alan J. Pakula, 1976) o la serie The Newsroom (del aclamado guionista Aaron Sorkin).
Un punto en su contra es la desconexión que me produjo en algunos momentos de la historia. Esta abstracción es causada por una total pulcritud tanto en el guión como en las interpretaciones, que a veces hace que sea demasiado difícil seguir la trama. Eso sí, merece un segundo visionado para poder captar todo lo que esta cinta puede ofrecer.
Mención especial para el genial reparto, que cuenta con actores de la talla de Mark Ruffalo (uno de los mejores papeles de su carrera), Michael Keaton, Rachel McAdams (en un papel contenido pero de lo más destacado), Liev Schreiber, John Slattery, Stanley Tucci (muy buen personaje pero algo desaprovechado para mi gusto), Brian D’Arcy James o Billy Crudup.

¿Y a vosotros? ¿Qué os ha parecido la película?
Os dejo aquí con el trailer: