Anthony Mackie y Jamie Dornan lucen su magnética química en Synchronic, una de las mayores sorpresas de Sitges 2019.
Irremediablemente, cuando uno se dispone a elegir películas en un festival se fija en aquellas obras con actores reconocidos. Gracias a esta idea, he podido ver obras maestras como Bone Tomahawk o Hell or High Water, entre muchas otras. Es un método arriesgado y, según con quién hables, ignorante, pero no suele fallar. La película que he visto este año en Sitges y que mejor representa esta idea es Synchronic.
Protagonizada por los populares Anthony Mackie y Jamie Dornan, este interesante film es una agrupación de géneros que podría haber salido muy mal y ha acabado saliendo más que bien. Esta mezcla de acción thriller, ciencia ficción, drama y algunos toques de humor aguanta gracias al gran equilibrio que logran sus dos directores, Justin Benson y Aaron Moorhead, autores de la reivindicada The Endless. Ambos se compenetran a la perfección para confeccionar un universo reconocible donde nada chirría y todo forma parte de un engranaje perfecto.
La premisa del film engancha al espectador y su desarrollo no decepciona. Una sinopsis de este estilo podía caer fácilmente en la inverosimilitud y carecer de interés a la media hora de película, pero Synchronic no traspasa esa línea y se mantiene como una película casi minimalista en la que no hay sobresaltos o muestras de megalomanía. Este es el mayor logro de la película y lo que hace que el espectador se encuentre cómodo en el juego propuesto.
Joker: Apología del cine
Synchronic es una de las grandes sorpresas del festival y un gran argumento en las carreras de Mackie y Dornan. Mención especial merece la hipnotizante Ally Ioannides, que está empezando una carrera que, si sigue con títulos de este estilo, se presenta más que interesante. Benson y Moorhead dan autoconsciencia a su obra, y a veces eso es lo más importante en una película. Jamás hay que creerse más (ni menos) de lo que es uno.