Crítica de Secretary (2002)

«Secretary» (2002) es una comedia negra de cine independiente de USA que tiene como protagonistas a un abogado y a su secretaria. Dirigido por Steven Shainberg bajo guión de Erin Cressida Wilson la película tiene actores de la talla de James Spader, Maggie Gyllenhaal, Jeremy Davies, Lesly Ann Warren y otros. La música está a cargo de Angelo Badalamenti quien ribetea musicalmente las escenas más tórridas.

«Secretary» presenta a unos personajes que han perdido el rumbo de sus vidas. Lee Holloway (Maggie Gyllenhaal) es una muchacha con problemas psiquiátricos que acaba de salir de una institución donde ha residido por autolesionarse. La vida de esta mujer es una frustración constante, su familia desestructurada con un padre alcohólico, una hermana que se acaba de casar y una relación de pareja que nunca ha funcionado. La vida es una tortura y eso hace que la joven se mutile para escapar de una realidad que es para ella un sinvivir. La película nos presenta a una muchacha que no ha madurado ni sexualmente ni vitalmente y que pugna por encontrar una salida a sus sinsabores.

En ese momento encuentra por casualidad un anuncio donde se busca una secretaria. Ella se presenta como candidata ante un abogado E. Edward Grey (James Spader) quien la examina. Pronto entre ellos dos surge una relación que va más allá de lo laboral. Él también tiene problemas, maniático y exhaustivo hasta límites insospechados toma a su secretaria como objeto sexual. Le empieza a aplicar dolor pero a la vez esa sublimación hace que los dos recuperen sus vidas. La película gravita en este eje dominador/dominada, con altas dosis de sexualidad y sumisión que a más de uno pondrán cara la pared. También hay un sutil humor que hace que no nos tomemos en serio esta tragicomedia a la americana.

Pronto la familia de ella se da cuenta del cambio que sufre Holloway. Guiada por su amo obedecerá en todo. Se nota la transformación que sufre ella. Su relación de amor está expresada magistralmente, en ningún momento decae la tensión. Como ejemplo de relación sadomasoquista da la talla. No hay sangre, la violencia es contenida y aceptada por los dos, y esta relación hace avanzar a ambas partes.

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La vida de ella es un sinsentido empujada a vivir en un ambiente que no ha elegido pero que no encaja y con unos impulsos que no puede evitar pero que no están socialmente admitidos. Ella es una mujer extraña entre extraños. Hasta que encuentra su hombre.

Son como dos personajes venidos de una vida lúgubre que se encuentran para darse placer. Lo demás el entorno en que viven, la familia, el trabajo es un mero decorado de cartón-piedra. Spader se mete en el papel. Como amo nunca sabemos qué piensa y qué va hacer al momento siguiente, parece que no tiene corazón pero se preocupa por ella. Es un amo absoluto a quien le atrae subyugar a su dominada. Su posición de amo le produce múltiples problemas; es incapaz de tener un vida normal. Es esa manera precaria de todo amo que sin su dominada no es nada, se ahogaría en un vaso de agua. Lleva a su empleada hasta los límites del placer sin pestañear apenas guiándose solo por sus pulsiones más profundas. Ella lo acepta todo y es esa sumisión la que da carácter y color a la película. Sin estas dos interpretaciones la película no se sostendría.

Hasta que llega ella, la persona adecuada para el puesto…

La música acompaña habitualmente a cada escena, sin notarlo hace que cada situación resulte más creíble.  Para esta entrada elegimos a Leonard Cohen música que aparece en film y que es perfecta define lo que es el film, la relación de amor y sumisión.