[SIN SPOILERS] El director de Nightcrawler (2014), Dan Gilroy, dirige su primera película desde su terrorífica ópera prima. Roman J. Israel, Esq. (2017) cuenta con el gran Denzel Washington como protagonista indiscutible de la función, lo que es, ya de por sí, una apuesta segura.
Título: Roman J. Israel, Esq. | Dirección: Dan Gilroy | Guión: Dan Gilroy | Reparto: Denzel Washington, Colin Farrell y Carmen Ejogo | Fotografía: Robert Elswit | Montaje: John Gilroy | Música: James Newton Howard | Producción: Todd Black, Jennifer Fox y Denzel Washington
Roman J. Israel es un abogado idealista y progresista que no se ha dejado embaucar por el dinero en ningún momento de su sólida carrera. Todo ese férreo idealismo se verá puesto a prueba cuando la vida le da un golpe de (¿mala?) suerte.
El cine de abogados nunca pasará de moda. Las interesantes historias que ofrece un mundo tan complejo siempre han sido de especial interés, tanto para el gran público como para la prensa especializada. Este tipo de cine siempre ha presentado una lucha de ideales que se ve reflejada en dinámicas representaciones de juicios, escenas completamente olvidadas en la cinta que nos ocupa en este artículo.
Para esta película, Gilroy confía el papel protagónico para el inconmensurable Denzel Washington, quien hace la película suya y atrapa al espectador con una interpretación tan compleja como dedicada. Realmente, la razón de ser de esta película es el respetado actor, quien se luce en todo momento y no deja que el resto de la película ensombrezca su gran actuación.
Desde el estreno de Nightcrawler, Gilroy ha contado con un interés especial por parte del público, el cual ha recibido a Roman J. Israel, Esq. con cierta decepción, haciendo que pase bastante desapercibida al margen de la interpretación de Washington.
Roman J. Israel, Esq. no es una película fallida. Tal vez hubiese mejorado con una elección diferente para el personaje interpretado por Colin Farrell, quien, a pesar de ser un actor con una filmografía notable, no se encuentra cómodo en ningún momento. En contraposición, la poco conocida Carmen Ejogo sorprende con su personaje y comparte escenas muy interesantes con Washington.
Algo que merece la pena destacar es la solvente dirección de Gilroy, quien confirma con esta película su buen hacer detrás de la cámara. En especial, una escena relacionada con un coche es particularmente original.
El lucimiento de Washington es lo que no deja a Roman J. Israel, Esq. ser mucho más de lo que realmente es. No es culpa de Washington que sea uno de los mejores actores del mundo, pero parece que esta película se ha creado para que el actor de Training day (2001) cosechara premios y buenas críticas. Todo hay que decirlo, si esa era su verdadera intención, misión cumplida.
La banda sonora también juega un papel nada desdeñable durante todo el metraje, combinando la música que escucha el protagonista a través de sus inseparables auriculares con piezas originales de James Newton Howard.
Lo que parece que ha hecho que la opinión pública se pusiera de acuerdo respecto a esta película es que es una oportunidad perdida. Que se centre tanto en que Washington se luzca y deje de lado los demás aspectos (al margen de una dirección eficaz), provoca que Roman J. Israel, Esq. sea poco memorable.
A pesar de tener bastantes fallos y malas decisiones, Roman J. Israel, Esq. es bastante entretenida y no provoca arrepentimiento en aquel que se dirija al cine para verla. Ver a Denzel Washington en acción nunca es un mal plan.
