El año pasado acabó la segunda temporada de Rick y Morty con un cliffhanger lacrimógeno y una escena tras los créditos en la que, aunque se confirmaba una tercera temporada, se jugaba con la total incertidumbre sobre su fecha. Como la serie deja con ganas de más, pero no se sabe muy bien cuándo saldrán nuevos capítulos, lo más normal, al menos en mi caso, es revisionarla.
Como en todo, las segundas vueltas siempre permiten ver cosas que la primera vez pasaste por alto. En este caso, el estado emocional de uno de los protagonistas, Rick, es de lo más interesante. A través de pequeños detalles, frases y actitudes, este personaje nos permite hablar de algo bastante relevante y que pocas veces se toca de manera correcta en ficciones, aún menos en animación: la depresión. Rick se presenta como un genio con mal humor y un alcohólico crónico. Al margen de que esto sea usado como un recurso cómico, el alcoholismo se asocia a problemas emocionales tales como la depresión en el sentido de que, por un lado, contribuye a empeorar la situación del individuo y, por otro, aparece como una vía de escape para el depresivo. Para empezar, podemos decir que Rick encaja aceptablemente bien en ese punto de partida.
Llamadas de ayuda
Algo común en personas que sufren depresión, tendencias suicidas o sencillamente pasan por una mala racha son las llamadas de ayuda. Las llamadas de ayuda van desde la petición explícita de ayuda, hasta los gestos para llamar la atención de una manera u otra. Rick hace esto en unas cuantas ocasiones, empezando por la frase que repite durante la primera temporada en forma de catch phrase estúpida: «wubba lubba dub dub!» Lo que aparece como un recurso cómico y referencia obvia a las frases pegadizas, pero vacías de contenido de los protagonistas de las sitcoms se acaba transformando, cuando Bird Person la traduce, en una llamada de ayuda: “I’m in great pain, please help me” (sufro un gran dolor, por favor, ayúdame). Ésto no es solo un giro argumental desconcertante, sino que obliga a revisionar desde otra perspectiva los capítulos anteriores: Rick es algo más que un científico gracioso con una atracción desmedida hacia el alcohol. Hay otro momento similar, próximo al final de la segunda temporada, en el que Rick cambia su cuerpo por el de un Rick más joven mientras su cuerpo original permanece conservado en el garaje. Tiny Rick pide ayuda a Morty y Summer a través de dibujos y letras de canciones mientras que, en su discurso normal, niega todo ello.
El suicidio
El capítulo de la segunda temporada “Unity” es la confirmación de todo ésto y el momento en el que el inestable estado emocional de Rick se hace más palpable. Como se comenta en el subreddit dedicado a la depresión, este es el momento en que se hace evidente que Rick es una persona con problemas depresivos que ha sido capaz de ocultarlo, más o menos. La forma de presentar el intento fallido de suicidio de Rick en ese capítulo escapa de las teatralidades a las que el resto de ficciones acostumbran: no hay un público -salvo los espectadores de la serie, claro-, no hay nadie que le pida que no lo haga, no hay nadie que le salve. Rick va tranquilamente al garaje, comprueba que el método que va a usar funciona correctamente y lo prepara. En el último momento, se duerme, fruto de la borrachera que lleva, y el rayo que le habría convertido en ceniza falla el tiro. Es precisamente esa quietud la que le da credibilidad a la historia de Rick: los suicidas no quieren molestar ni que nadie les pare y les diga que todo va a estar bien, quieren que su rayo se dispare y les fría el cerebro. Obviamente, el intento de suicidio falla, Rick duerme, Jerry pasa con el corta-césped, añadiendo esa nota de cotidianeidad que tienen las narraciones de los que encuentran a un familiar ahorcado en el garaje, ése “no le noté nada en especial, oí un ruido y cuando entré le encontré así”, y entonces el capítulo se cierra con Do you Feel it? de Chaos Chaos generando, de nuevo, esa sensación incomoda que se te queda al saber qué quiere decir wubba lubba dub dub.