Porque no voy a renovar mi suscripción a Netflix

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Lo sé, debo estar loca. Abandono al gigante del entretenimiento doméstico. Netflix, gracias por tratarnos al mercado español, con tanto mimo… nótese la ironía en el tono de mi voz.

Lo cierto es que hasta el catastrófico hecho que a continuación os relataré, todo iba bien. Netflix abría en mi casa, y en un buen puñado de hogares españoles, una nueva alternativa para el disfrute doméstico. Buenas series, contenido propio, amplio catálogo… Todo correcto.

En mi caso el problema llega al disponerme a ver Z Nation. Y mi sorpresa es mayúscula cuando donde dije digo digo Diego, y ¡tachán! el audio está doblado en latino.

Y no, no tengo ningún problema con nuestros amigos de al otro lado del charco, simplemente es que si cuando se implantan en el sitio en el que vivo y me venden la moto por ejemplo de que se iba a producir contenido propio, de aquí, made in Spain; o que las series iban a estar dobladas en la lengua y acento de Cervantes, y al final la apuesta inicial se queda en agua de borrajas, pues me toca la moral considerablemente.

Series que en su catalogo están dobladas hasta en swahili, (es broma), no lo están en  castellano.

Somos muchos los que estamos cancelando la suscripción, por estos motivos.

Es cierto que la cuota mensual de la que disponíamos en la península era inferior a la de nuestros compañeros europeos, 8€/mes, y quizás por ésto se nos está tratando como consumidores de segunda. No lo sé. Pero no me vendáis cosas que luego no son.

Es una pena, Netflix cuenta con buen catálogo y no me gustaría que leyesen este abandono masivo como algo a tener en cuenta para dejar de emitir en suelo patrio, sino más bien como una forma de ponerse las pilas y ver que el consumidor español, sabe lo que quiere, y no se conforma con cualquier cosa.