Por favor, estoy tratando de ver la película

Película
Seguro que os ha pasado alguna vez aquello de ir a cine a ver una película. Haces cola para comprar la entrada, Vas a por las palomitas y la bebida, buscas tu asiento… y cuando empiezan a disminuir de intensidad las luces, comienza el grupito de detrás a comentar o a hacer chistes chorra.

Es entonces cuando empiezas a pensar en el trabajo de la madre de todos ellos. Como buena persona que eres te olvidas del tema mientras empieza la película. Pero resulta que a los 15 minutos vuelven los comentarios chorra y a viva voz. Porque claro, ellos están en el salón de su casa y no tienen por qué bajar la voz por que no molestan a nadie.

Bueno, llegados a este punto de tocada de huevos (a mí hay pocas cosas que me jodan más que ir a ver una película al cine y me la revienten así), se me pasan dos opciones por la cabeza. Una, me levanto y voy en busca del acomodador/a y le cuento lo que pasa con la esperanza de que los eche de la sala y poder seguir con la película a gusto. Y dos, la opción a la que suelo recurrir: me doy la vuelta, miro a uno de ellos (normalmente el que parece el líder de la manada) y le digo que si él y sus amigos no se callan la boca, tendrán que volver a casa haciendo una parada en urgencias. Generalmente cuando hago esto TODOS se callan y no vuelven a pronunciar palabra. Hablando la gente se entiende. Bendito refrán…

Recuerdo de una vez que tuve que usar la opción dos a un grupo de niñas (tendrían unos 16-17 años). Resulta que pagan una entrada para sentarse en una sala de cine para contarse las batallitas que han tenido con los novietes. Cuando mi paciencia llego a su límite, decidí darme la vuelta y le dije lo propio a la que parecía la líder del grupo. Se pegaron tal susto que no volvieron a decir nada durante la película.

Luego me contó mi mujer que en el baño después de la película, estaba las niñas diciendo que iban a ir a la policía para denunciarme. Ojalá lo hubieran hecho. Cuando salieron del baño y me vieron (yo esperaba a mi señora esposa), salieron corriendo y no volví a verlas más.

Pensaréis que soy un radical, un busca broncas, un idiota… Bueno puede que sea así, pero os aseguro que si de vez en cuando alguien plantara cara a esta clase de gente, habría más respeto para aquellos que queremos disfrutar de una película a gusto en nuestro cine favorito. Además, para eso pagas un dineral por la entrada, ¿no?