[CON SPOILERS] Triunfadora indiscutible de la gala de los Oscars 2007, No es país para viejos (2007) es una de las grandes obras maestras del cine de los Coen. De las películas más crudas y oscuras del siglo.
Título: No es país para viejos | Dirección: Joel y Ethan Coen | Guión: Joel y Ethan Coen | Reparto: Josh Brolin, Javier Bardem, Tommy Lee Jones, Woody Harrelson y Kelly Macdonald | Fotografía: Roger Deakins | Montaje: Roderick Jaynes | Música: Cartel Burwell | Producción: Scott Rudin y Joel y Ethan Coen
«Año 1980, frontera de Texas. Llewelyn Moss es un veterano de guerra que, de paseo por el desierto, se encuentra con lo que parece ser un tiroteo, dos millones de dólares y un cargamento de heroína. La decisión que tome respecto a su situación comportará consecuencias inimaginables, cuya trascendencia involucrará a Ed Tom Bell, un sheriff a punto de retirarse, y Anton Chigurh, un despiadado psicópata.»
El Western es un género que nunca morirá. A pesar de haber sufrido evidentes modificaciones en aras de preservar el interés del público, este género tiene unos pilares básicos imperecederos. Lo verdaderamente revelador es la gran variedad de géneros que se han juntado con el Western en los últimos años, desde cine caníbal en la fantástica Bone Tomahawk (2015) a puro cine negro, como es el caso de la película que nos ocupa en esta crítica.
No es país para viejos es una de las grandes cintas del siglo: sus cuatro Oscars (Película, Director, Guión Adaptado y Actor de Reparto) y la unanimidad de la crítica avalan esta afirmación. La gran maestría de los Hermanos Coen a la hora de que salga todo a la perfección en este crudo film es merecedor de todo elogio, mientras que el trío protagonista es de los más notables que se han visto en los últimos años.
Cuando se habla de esta película, hay dos aspectos que sobresalen por encima del resto: la ambientación y la interpretación de Javier Bardem. Pocos podían imaginar que una película pudiera meterte tan de lleno en un paisaje, una civilización y una filosofía de vida. Todo funciona como un reloj e incluso once años después los misterios de este film parecen lejos de descubrirse. Lección magistral de hacer cine.
Todo lo relacionado con la ambientación te adentra en la película hasta cotas inimaginables. La fotografía de Roger Deakins o la inexistente música de Carter Burwell ayudan a crear un mundo donde la violencia lidera las emociones por encima del resto. Lo vemos a través de generaciones y razas: la violencia crece progresivamente con el paso del tiempo y el respeto entre los ciudadanos se va perdiendo.
La personificación de la filosofía que predomina en No es país para viejos es Chigurh, un psicópata apático, violento, implacable y con un sentido del humor inexistente. No le importa matar a todo aquel que se le ponga por delante, su código moral se basa en cumplir las crueles promesas que se hace a sí mismo. Su siniestra figura cuenta con dos elementos que hacen de este personaje algo único: una pistola de perno cautivo y una moneda que utiliza para dictaminar el destino de sus víctimas.
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Anton Chigurh es un personaje memorable por múltiples razones. Desde su escritura hasta la terrorífica interpretación de Bardem. Este desalmado asesino cumple todos los requisitos que debe tener un villano para causar terror en el espectador: Impone miedo, respeto e imprevisibilidad, cuenta con una vestimenta indiscutiblemente característica (ese peinado es ya historia del cine) y tiene un carácter definido. Bardem dio la actuación de su vida con este personaje, y el cine estará siempre en deuda con él por ello.
El final resultó muy ambiguo y causó bastante revuelo en 2007. Poca gente puede entender que en una película el malo se salga con la suya y «los buenos» (aquí no hay buenos) mueran o acaben derrotados. Lo cierto es que esta decisión dota al film de una personalidad que ha madurado durante las dos horas de metraje. Esta no es una historia feliz ni agradable, es una película sobre la violencia, el poco respeto que hay entre los ciudadanos y la supervivencia en un mundo hostil.
No es país para viejos no es una película para ver si uno va con la idea de pasar un rato agradable. Es una película cruda sobre la naturaleza de la violencia. Los Coen ya estaban en la historia del cine, pero los verdaderos genios no se conforman con eso.