Mowgli: La leyenda de la selva (2018): Agradable e innecesario espectáculo

Mowgli
De la mano de Netflix y Warner Bros, llega a la plataforma de streaming, Mowgli: La leyenda de la selva, la nueva adaptación de El libro de la selva dirigida por Andy Serkis.

En 2016 Disney nos trajo su versión live-action de esta clásica historia, que fue todo un éxito, agradando al publico y a la critica. Apenas dos años más tarde, Andy Serkis nos trae una versión más oscura y adulta del relato. Cuenta en su reparto (versión original) con caras más que conocidas, como Christian Bale (Bagheera), Cate Blanchett (Kaa), Benedict Cumberbatch (Shere Khan) o el propio Andy Serkis (Baloo). Por su parte, el joven Rohan Chand da vida a Mowgli.

Dada la proximidad de fechas  de lanzamiento entre las dos versiones, resulta inevitable cuestionarse la necesidad real de realizar este film, pues hace tan solo 2 años que pudimos disfrutar de la versión Disney. Sin embargo, al ser una historia libre de derechos, esta puede ser explotada por diferentes compañías. Cabe destacar que esta nueva adaptación, no es un calco de la anterior, sino que presenta diferencias reseñables para distanciarse de ella.

En su esencia, el argumento es el mismo, la lucha de Mowgli contra el tigre Shere Khan para librar a la selva de su tiranía y vivir tranquilo en su verdadero hogar. No obstante, se introducen algunas variaciones e innovaciones destacables. En primer lugar, encontramos a los personajes de Baloo y Bagheera, que en esta versión son algo distintos, tanto en sus personalidades, como en su relación entre ellos y el protagonista. Asimismo, los seres humanos cobran mucha más importancia, con la aparición de una tribu que constituye una parte muy importante del film. Además, desaparecen las míticas canciones, y con ello, el Rey Louie, en un intento de lograr una versión más madura.

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Uno de los aspectos más importantes de la cinta, es su tratamiento de la identidad del propio Mowgli, pues se ahonda mucho más en el rechazo que sufre por parte de otros miembros de la manada. Ese concepto de ser hombre y lobo, y al mismo tiempo, ninguna de las dos cosas, es abordado en esta versión con mayor profundidad.

Andy Serkis logra construir un entorno mucho más hostil y difuso, a la par que dota a los personajes de una personalidad menos maniqueísta, haciéndolos más complejos y creíbles. Esto se aprecia claramente en Baloo y Bagheera, que aquí son menos condescendientes con el protagonista. Ese deseo constante de pertenencia que sufre Mowgli, es probablemente el núcleo temático de la trama, y lo que más la separa de anteriores. Se trata el tema del racismo, no solo con el rechazo que sufre el niño, sino también por el lobo albino, gran amigo del protagonista, que también es rechazado por sus diferencias físicas.

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La parte de la aldea humana, que es lo más novedoso del film, resulta ciertamente atractiva, aunque el personaje del cazador no logra convencer. Sin duda,  la adaptación de Mowgli a la vida del hombre es una de las mejores partes de la pelicula, ya que refleja a la perfección el conflicto de identidad del protagonista. Por un lado, se siente lobo, porque se ha criado como tal, pero por otro, es un humano que desea convivir en sociedad de manera segura. Y es que, es allí, en la aldea, donde el protagonista se siente plenamente integrado en un grupo por primera vez, algo que le hace sentir feliz, pero que aun así no le permite olvidar donde esta su verdadero hogar. Por su parte, el cazador se hace un personaje sumamente plano, que no aporta gran cosa al conjunto.

Cierto es que sirve para representar la existencia de buenos y malos en todas las sociedades, estableciendo un paralelismo con Shere Khan, pero es algo realmente prescindible. Además, ciertas decisiones que se toman con respecto a este personaje hacia el final de la cinta, son más que cuestionables, pues se sienten forzadas y fuera de lugar.

El aspecto visual de Mowgli: La leyenda de la selva es otra de las partes más relevantes, pues sustenta esa visión mas violenta y madura de la historia que el director quiere transmitir. La captura de movimiento está realmente bien ejecutada, lo que permite que todos los personajes se vean más naturales y expresivos en pantalla. Aquí, todos los animales tienen un aspecto salvaje de verdad, con lo que resulta más orgánica esa mayor violencia que aquí se introduce.

Algo que verdaderamente sorprende, es el aspecto de Baloo y Bagheera, ya que son realmente imponentes, y en ciertos momentos logran resultar temibles, algo que no ocurría en la anterior adaptación. Todos los personajes gozan de una potente expresividad, transmitiendo mucho con sus simples miradas, sobre todo el propio tigre, cuyas miradas desprenden un odio y una furia incontenibles. 

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En general, la cinta goza de un ritmo correcto, pero en ciertas partes se entorpece, lastrando el resultado final. Respecto a esto, el error más grave, es el del desenlace, pues el clímax no es lo suficientemente satisfactorio. Las problemas con el personaje del cazador mencionados anteriormente, tienen buena parte de culpa de que el final se antoje anticlimático.

En conclusión, Mowgli: La leyenda de la selva es un entretenimiento que pese a su mínima originalidad y un guion irregular, cumple gracias a su notable apartado visual, su disfrutable aventura y algunos añadidos satisfactorios que se realizan respecto a la historia original.

Nota: 6,5

Lo mejor: Lo entretenida que resulta y su tono más maduro y oscuro.

Lo peor: Sus problemas de guion y algunos personajes desaprovechados.