[SIN SPOILERS] Megalodón, la coproducción china-estadounidense más llamativa del año cumple su cometido, pero su fantástica campaña de marketing prometía algo mucho mejor.
Las cintas sobre tiburones siempre han atraído al gran público. Desde Tiburón, estos animales han causado expectación y terror a partes iguales entre los espectadores. Han pasado 43 años del estreno del indiscutible clásico de Spielberg, los efectos especiales han mejorado notablemente y los recursos son casi ilimitados. A pesar de vivir en la época adecuada, la calidad de Megalodón es francamente discutible.
Megalodón es una película perfecta para el verano. Con un reparto interesante encabezado por el indestructible Jason Statham, esta enésima obra sobre tiburones se nutre de la fórmula XXL, cuya receta se basa en engrandecer absolutamente todo. Aquí no hay una historia original ni personajes novedosos, simplemente hay un tiburón prehistórico de 25 metros.
A pesar de contar con un atractivo más que evidente, Megalodón no aprovecha, ni mucho menos, su potencial. El principal interés de esta obra radica en el prehistórico depredador, por lo que debía estar a la altura de las expectativas. ¿150 millones de dólares para qué? Los efectos especiales se ven bastante deficientes. Uno no puede dejar de recordar la infravalorada joya de Jaume Collet-Serra, Infierno Azul, cuyo enorme tiburón (no prehistórico) luce real y asusta justamente por ello.
Pero si algo es indiscutible en Megalodón es su excelente campaña de marketing. Los posters que han ido saliendo a la luz durante todos estos meses son una maravilla, una pena que el resultado final no acompañe esta genialidad. No voy a decir que sea publicidad engañosa pero uno podía pensar que se encontraría con una película más redonda.
Ocean’s 8: Un repaso a esta prolifera saga
Merece la pena comentar lo lamentable que ha sido mirar la cartelera en España y encontrarse con que esta cinta no ha llegado en VOSE. Es incomprensible que una cinta con tal presupuesto no se haya molestado en pasar copias originales a los cines de nuestro país. El gran perjudicado de ello ha sido Rainn Wilson, el mítico Dwight Schrute de The Office, quien pierde mucho sin su característica voz.
Se llegó a comentar la posibilidad de que Megalodón hubiese sido dirigida por Eli Roth. Esta posibilidad hubiera sido mucho más acertada que la dirección que tomó la productora al decidir mostrar la mínima cantidad de sangre posible. El brutal director de The Green Inferno hubiera dado a la cinta justo lo que necesitaba: escenas inolvidables y crueldad desmedida. Si uno se para a pensarlo, Megalodón pierde demasiado al mostrar tan poca sangre.
Los efectos especiales son flojos y la publicidad ha sido mejor que la obra en sí misma, de acuerdo, pero es innegable que Megalodón cumple su (no nos engañemos) único cometido: entretener. Dura casi dos horas y no se hace pesada en ningún momento. Es una de estas películas hechas para pasar el verano, sin más.
Muy poca sangre para el tipo de película que es y muchísimo presupuesto para lo que bien podría considerarse un telefilm al uso tipo Sharknado, pero Megalodón ha sido estrenada en cines y debería haberlo aprovechado. Oportunidad frustrantemente perdida.
Nota: 6
Lo mejor: Jason Statham y algunas escenas sorprendentemente originales.
Lo peor: La poca sangre y lo desaprovechada que está en todos los aspectos.