Hollywood: NO es oro todo lo que reluce… ¿O sí?

Hollywood
¿Cuánto tiempo hace que Hollywood es una gran mentira? La verdad, no lo sé. Lo único que no se me escapa es que hoy día, y desde hace tiempo, en la meca del cine sólo se piensa en una única cosa: márgenes de beneficios.

Queridos amantes del cine, esto es así, y no es que haya descubierto la penicilina o haya dado con el Arca Perdida. Lo cierto es que, como todo, Hollywood no es más que una puerta abierta para la mano capitalista que nos gobierna desde siempre. Supongo que todos estaréis de acuerdo con lo que acabo de decir -o al menos en parte-, ya que hoy día el séptimo arte ha quedado relegado a unos pocos cineastas.

Por favor, no me malinterpretéis, con esto último lo que quiero decir es que en la actualidad, y no es nada nuevo, lo que vemos en las salas de cine no es arte, o al menos en su gran mayoría. Productoras, estudios, los del dinero o como queráis llamarlos han hecho del cine un producto que tiene como piedra angular el beneficio económico en lugar de la creación de algo que realmente merezca ser llamado como tal. Y la verdad es que no hace más que empeorar.

Hay quienes lo justifican o niegan pero esto es una realidad, un hecho que no es que esté lejos de ocurrir, sino uno en el que llevamos viviendo mucho tiempo. La prueba viviente de todo esto está en las innumerables ocasiones en las que cuando un formato tiene tirón, el mismo se exprime hasta la última gota y, como estamos experimentando sobretodo en la actualidad, se deja en barbecho hasta que se pueda volver a explotar. Sí señoras y señores, les hablo nada más y nada menos que de las secuelas y los reboots.

Y a todo esto, ¿qué?

Mi opinión sobre este tema es muy clara. ¿De qué sirven secuelas y reboots si realmente no aportan nada nuevo, nada que les dé una razón de ser? La repuesta es sencilla: son una oportunidad para los estudios de aprovechar el éxito y la nostalgia que cosecharon las originales para hacer que vayas al cine a pagar una entrada. Esto la verdad es que me entristece. Por no hablar de los cortes de metraje para poder ganar una o dos proyecciones diarias.

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Y es que en la actualidad es raro que un filme que haya gozado de algo de éxito no esté en términos de la realización de su secuela. Uno de los últimos casos que me he encontrado es el de las Tortugas Ninja. Y no hablo de las películas con las que crecí en los 90, hablo de las cuatro tortugas infladas a esteroides y generadas por ordenador por cortesía de Michael Bay que, personalmente, me han hecho añorar los trajes de goma de las antes mencionadas.

Bien, en su momento vi la primera y me pareció que había perdido un tiempo precioso de mi vida. Hace relativamente poco decidí ver la secuela. ¿Por qué no? Me dije antes de ponerla. Lo mismo esta vez lo han intentado –dije en voz alta-… A ver, si la primera me pareció una pérdida de tiempo, ésta se lleva la palma. Pero esto no es lo que quiero comentar con este artículo. Aquí estoy hablando de algo que va más allá de la calidad de esta u otra cinta.

OJO SPOILERS

Por cierto, ya que estoy con la secuela de las Tortugas Ninja, voy a hablar de su final. Si la habéis visto lo sabréis. En caso contrario debéis saber que se une al club de películas cuyo enfrentamiento final en el tercer acto está constituido por una épica batalla desarrollada entre rascacielos con los protagonistas intentando parar un artefacto, ente u otro cachivache de índole maligna que desatará algo terrible para el futuro de la humanidad.

Es impresionante la cantidad de películas que tienen ese clímax en el tercer acto -¿no creéis?-, yo estoy harto de verlo. Las películas con las que puedo ejemplificar son: Suicide Squad, Cazafantasmas -el reboot de este año-, Man of Steel y Avengers. Claro está que dichos finales no son cien por cien calcados, pero el problema está en que no son siquiera un ochenta por ciento distintos.

FIN SPOILERS

Entonces… ¿Esto de qué va?

Me refiero a que, hoy día, el ingenio y la creatividad para los estudios no existen a menos que los mismos estén dispuestos a doblarse y cortarse en pos de las ganancias, perdiendo así todo su valor. Y esto va más allá del cine fantástico y de superhéroes.

El remake de Desafío total, las ya mencionadas Tortugas Ninja, Terminator Génesis, Amazing Spider-Man, Fant4stic (Los cuatro fantásticos), la nueva Cazafantasmas… En su gran mayoría, si no en su totalidad, son un intento de vendernos un producto de segunda mano. Una película al que se le ha dado un lavado de cara para resucitarla. Y no es más que eso, ya que no introduce nada arriesgado y novedoso que pueda traducirse en pérdidas para los todopoderosos estudios.

He de aclarar que, en muchísimos casos, disfruto de lo que veo. Sean reboots, remakes, cine de superhéroes… Por lo que esto no es una crítica a la realización de estas películas en sí, sino una crítica a la situación de la industria y a cómo se da rienda suelta a X proyectos mientras que otros cineastas con grandes ideas deben matarse para obtener luz verde –además de una cantidad mínimamente decente de papelitos verdes- para llevar a buen puerto sus obras.

Mmm… Cuéntame más

Esto no sólo espina a la gente que va al cine y sale decepcionada y, en ocasiones, sintiéndose engañada. A veces los actores y directores también alzan la voz y dan su opinión sobre la industria. Actores como John Cusack, hoy día con trabajos de baja escala, habló hace unos años sobre lo que representaba la industria para él. Entre varios adjetivos poco cariñosos, dedicó las siguientes palabras sobre las películas nacidas en Hollywood:

Han sido destripadas y rehechas a la medida de un ejército de vicepresidentes ejecutivos que no se leen los guiones”.

“Hoy en día [la industria] es sólo la ficción colectiva de un grupo de corporaciones que dicen: ‘Creemos la versión animada de un rostro’. No hay una sensibilidad que permita que pasen cosas interesantes”.

La verdad es que estas declaraciones no son una paranoia del propio Cusack, ya que no es el único que ha cargado en alguna ocasión, ya sea en mayor o menor grado, contra Hollywood.

Kevin Spacey, Sean Penn, Meryl Streep, Shia LaBeouf, Dustin Hoffman, Scarlett Johansson, Steven Soderbergh, Gary Oldman… Todos ellos y muchos más se unen a esta lista. Les haya ido mejor o peor tras sus palabras, estas personas del mundo de cine no tuvieron reparo en expresar la incomodidad que puede abordarles en el mundillo. Hace unos días, Jonah Hill habló un poco sobre esto en una entrevista con Cinemanía promocionando Juego de Armas, basada en hechos reales. Me parecieron unas palabras bastante interesantes, así que aquí os las dejo:

“Debemos darnos cuenta de que es bueno para la industria que estas películas tengan éxito y que se sigan haciendo proyectos basados en historia reales, en personajes reales. Y no sólo pelis de superhéroes y remakes. Afortunadamente, estas cosas parece que son cíclicas.”

“Recuerdo que Martin Scorsese me habló de cuando él y sus amigos consiguieron emerger en un panorama en el que reinaban las películas del viejo Hollywood, que ignoraban la vida real. Luego vinieron los blockbusters y las películas de acción de Schwarzenegger. Y más tarde llegaron Tarantino, David O. Russell, Wes Anderson… Ahora, 20 años después, la cartelera está llena de pósters de superhéroes. Así que confío en que los buenos cineastas empiecen a emerger otra vez. No tengo nada en contra de las películas de superhéroes; muchos amigos participan en ellas y entiendo por qué. Sólo digo que deberían dejar de hacerse sistemáticamente y que la industria tendría que ayudar a financiar otros proyectos de calidad.”

Pues bien, viendo todo esto, no sé ni por asomo el devenir de la siempre industria -nunca olvidéis eso- que es Hollywood. Quizá todo esto sea cíclico como afirmaba Jonah Hill o quizá acabemos entretenidos con productos estúpidos, burdos y sin sentido como ya nos mostraron en la película de Mike Judge (creador de Beavis y Butthead), Idiocracy, de la que gracias a todo este tema, acabo de acordarme. Ya que estoy, y para finalizar, os dejo el tráiler por si os decidís a ver esta comedia futurista que critica la cultura americana.

¡Juzguen ustedes!

Samuel C. Serrano

Samuel C. Serrano

Estudiante de Comunicación Audiovisual con mucho camino por recorrer. Cinéfago desde temprana edad e interesado por la actualidad del mundo del cine y de la pequeña pantalla.