El otro día leía en internet una curiosa noticia que decía que Emma Watson, una actriz con una legión considerable de fans y que sólo la recuerdan por ser Hermione en la saga Harry Potter y ser guapa, no iba a actuar durante un año para centrarse en sus estudios sobre el feminismo.
No voy a criticar que esta chica quiera tomarse un año sabático porque ella, por suerte, puede permitirse ese lujo (además, si le falta el dinero podrá usar su imagen para salir de cualquier apuro). Sólo daré mi opinión sobre estos extraños sucesos que están sucediendo en Hollywood en los últimos tiempos, sucesos que pueden acabar con un boicot en la entrega de los Óscar por motivos raciales (ni un solo nominado asiático da que pensar, la verdad).
No es que las desigualdad de género o racial sean algo nuevo en Hollywood, por ejemplo. De hecho, los Estados Unidos se han levantado a base de masacrar a un pueblo indígena llevándolo al borde de la extinción, una sociedad clasista que ahogaba a las clases trabajadoras en pro de las grandes fortunas y repudiando a la mujer a la altura de cualquier mula de carga procreadora. También estaban los esclavos venidos de África, esos seres bárbaros e incultos a los que se les daba un cobijo a cambio de unas 18 horas de trabajo diarias y en las que, si se portaban mal, el capataz les daba de latigazos.
Pues bien, con los años las cosas han cambiado para bien. Las mujeres han conseguido bastantes derechos, consiguiendo una »igualdad» a la que aún le quedan algunos flecos para ser la ideal. También los negros han conseguido dejar de ser animales de carga para todo aquél que pudiera permitirse el lujo de tener un esclavo.
Ahora ciñámonos al tema cine, que me ando demasiado por las ramas. El año pasado fue famoso el discurso de la actriz Patricia Arquette a favor de los derechos de la mujer. Todo muy bonito y con la mismísima Meryl Streep puño en alto en una de las imágenes de la noche. Cobramos menos, después de los cuarenta estamos acabadas (menos mal que no puso de ejemplo a Meryl Streep o Helen Mirren) y blablabla para que a la primera de cambio se siente con Julia Louis Dreyfous y Tina Fey (que conste que me encantan) y se pongan a rajar de Jennifer Lawrence.
El problema es que a Lawrence le dan papeles de mujeres maduras cuando la chica tiene 25 años. Quizás habría que preguntarle a Arquette si en realidad era una médium en su serie o si Dreyfous ha trabajado en la Casa Blanca para obtener esos papeles. Debemos suponer, según lo que hablaron estas tres actrices, que para interpretar a una adicta al crack haya que ser o haber sido adicta al crack. En mi opinión está muy mal eso de criticar a una compañera y excelente actriz, además de que resulta bastante machista suponer que le dan ese papel por ser joven y estar muy buena. Y eso lo dijo una actriz que supuestamente lucha por la igualdad de género. Cierto que hay ciertos aspectos a mejorar, uno de ellos el del salario, pero también saber que un foco del problema reside en la misma relación entre mujeres.
Luego está el problema racial. Spike Lee y el matrimonio Smith (Will y Jada Pinkett), han puesto el grito en el cielo porque solo hay blancos nominados a los Óscar. Por ello, han decido hacer una campaña con la idea de boicotear los premios de cine más famosos del mundo con el fin de conseguir unos premios más igualitarios. Y ahí viene el problema. Estos premios eligen a las mejores películas en diferentes apartados, eso es de cajón. Y también es de cajón que no se puede hacer una lista de nominados con paridad, es decir, si hay cuatro nominados a mejor actor pues ponemos a dos blancos y a dos negros para evitar líos. En mi opinión sería una auténtica chorrada, porque cuando la gente va al cine quiere ver una buena historia sin importarle el color de la piel de los protagonistas y cuando los académicos votan se supone que se hará lo mismo. Puede haber ciertos círculos en Hollywood un poco racistas o que en otras épocas se mirara el color de piel a la hora de dar papeles protagonistas, pero en la actualidad creo que eso ha cambiado bastante. Ni Will Smith ha hecho nada especial en Concussion (una película creada expresamente para que el actor se luzca y sacie sus lujuriosas ansias de Óscar), ni Spike Lee ha realizado algo que merezca la pena en los últimos años (Óscar Honorífico por cierto).
Creo que estas cosas en vez de unir y hacer que poco a poco las sociedades avancen, lo único que hace es crear tensiones entre diversos sectores. Imaginaos unos Óscar solo para la mujer o unas categorías diferentes en función de tu raza, sería un despropósito y una creación de guetos artísticos. Quedan cosas por hacer y mejorar, pero hay otras formas. Hollywood se ha planteado medidas. Espero que sigan eligiendo los premios en función de la calidad y no de la raza o el género del que proceda.
Posdata:
En el último año se han producido más películas con protagonistas femeninas y dos actrices se han colado entre los diez mejor pagados de 2015. Ellas son Scarlett Johansson y Jennifer Lawrence. Lawrence es sólo superada por Robert Downey Jr.
Por tercera vez consecutiva el galardón a Mejor Director puede ser para una mexicano, pudiendo repetir por segundo año consecutivo Alejandro González Iñárritu.