Título: Alps | Año: 2011 | Dirección: Yorgos Lanthimos | Producción: Haos Film, Faliro House Productions, Feelgood Entertainment | Guión: Efthymis Filippou, Yorgos Lanthimos | Música: Kostas Varybopiotis, Leandros Dounis | Fotografía: Christos Voudouris | Montaje: Yorgos Mavropsaridis | Reparto: Stavros Psyllakis, Aris Servatalis, Johnny Vekris, Ariane Labed, Angeliki Papoulia | Género: Drama | Duración: 93 minutos
El director griego Yorgos Lanthimos ya nos sorprendía en Alps (2011) con el tratamiento que ofrece de las relaciones sociales humanas antes de conocer Langosta (2015), película que ya comentamos aquí y que pudimos apreciar en cartelera hace poco.
En esta película los silencios parecen contar más que los propios diálogos de los protagonistas, y esto nos lleva a sumergirnos en una atmósfera fría y carente de cualquier tipo de afecto entre los personajes, de sentimientos que conmuevan al espectador. Pero ésto ya lo habíamos apreciado en Canino (2009) -película que recomiendo a cualquiera que sea poco sensible y le guste estrujarse un poco el cerebro-, donde la falta de lógica de las relaciones entre personajes hace que la violencia salga a flote en cuanto nos percatamos de lo que trata el film, para acompañarnos durante el resto de la cinta. Incluso en Langosta (2015), como ya comentamos con anterioridad, donde se da prioridad a las relaciones “amorosas” de pareja, éstas son percibidas por el espectador de manera lejana y extraña, pudiendo decirse que una identificación con los integrantes de las parejas es, como poco, complicada de ser establecida.
En Alps los colores son neutros y azulados, la puesta en escena no es en absoluto compleja, los diálogos son simples… pero si indagamos en el subtexto hallamos una reflexión acerca de la soledad, la desesperación, la falta de comprensión, la vida, la muerte y el miedo. Y es que los cuatro integrantes de la compañía Alps se escudan en la necesidad de dinero para reemplazar a personas fallecidas, pero sabiendo en el fondo, que están reemplazando sus propias vidas carentes de sentido por las de otras personas que en su día fueron apreciadas tal y como eran -al contrario que ellos-. Puede ser por la falta de amor propio y de los demás por lo que decidan adentrarse en este “juego”, mendigando así atención de esas familias destrozadas, o puede que para evitar pensar que después de eso tienen que enfrentarse a sus propias vidas, pero aun así, el mensaje queda claro. De esta forma, repitiendo constantemente la rutina de la vida de personas difuntas, pretenden escapar de la realidad, intentando dar sentido a sus vidas a través de las de otros.
Además, destaca cómo se nos presenta la enfermera como protagonista, quedando siempre en el centro del encuadre y utilizando con ella muchos primeros planos, para intentar que nosotros, como espectadores, nos identifiquemos con ella. Es este personaje el que, para luchar contra la desesperación, se salta las reglas impuestas por el jefe del equipo para cubrir todo su día con este oficio y así no enfrentarse a los momentos de soledad de su vida real.
Pero lo más curioso del asunto es que incluso los integrantes de Alps se sorprenden de que alguien fallezca, como si todo el mundo debiera ser sustituido como ellos acostumbran a hacer con otros. El intentar jugar con la realidad y su verdad afecta también al plano de la muerte, lo que no permite siquiera a aceptarla.
Cabe destacar como el personaje de la enfermera, interpretado por Angeliki Papoulia, en esta película trata de vivir siempre en “mundos” ficticios para escapar de su realidad, mientras que la misma actriz, en Canino, tiene en su papel el objetivo contrario: el de escapar de aquello que siempre ha tenido como verdad pero que no es más que ficción, para pasar a vivir el mundo real.
La violencia siempre está presente en los filmes del director, pero de manera más bien implícita. La agresividad percibida no es tanto física, sino que más bien está relacionada con lo que nos hace sentir como espectadores. En Alps, en concreto, existe una violencia física ejercida por Mont Blanc, el jefe del equipo, hacia las chicas pero nos impacta más la agresividad que nos transfieren los personajes en relación con ellos mismos en ese intento de aislarse de sí mismos para pasar a ser otro ajeno a ellos. Continuando con esto en Canino se ejerce una intimidación que, aunque lejos de ser física, nos repugna casi tanto o más que esta. Aún con ello, saber que estamos frente a individuos que desconocen esas normas, por no vivir en sociedad, nos aporta la distancia necesaria para mantenernos, dentro de lo posible, al margen. Así, en Langosta también se ejerce una agresividad contra los individuos que denigra la dignidad de éstos. Más que intentar conducirnos a una idea concreta acerca de los temas que trata en sus films, Yorgos Lanthimos nos propone una serie de sucesos presentados con cierta parcialidad, para que seamos nosotros los que desarrollemos nuestras opiniones acerca de ellos.
Otro elemento común subyace en las películas del autor: la huella de la dictadura que tuvo lugar en Grecia entre 1967 y 1974. La ocultación de la realidad en los países dictatoriales es fundamental, y así se muestra en Canino, donde la familia del filme cuenta con sus propias reglas, su propio lenguaje y sus filtros de la vida, impidiendo que los niños protagonistas conozcan nada más que lo que se impone en esa casa, metáfora de un país con un régimen al mando. Lo mismo sucede en Langosta, donde algo tan natural y humano como la soledad está prohibida por el Estado, que hace de la pareja un imperativo social. Además, la violencia que ejercen los solteros sobre los que tienen pareja proviene de esa violencia que primeramente ha sido practicada por el Estado sobre todos los ciudadanos.
Pero poniendo énfasis en Alps subrayamos esa metáfora del régimen dictatorial en la compañía, donde puede verse ese símil en el dictador jefe, Mont Blanc, por autoproclamarse líder del grupo. Éste castiga a la bailarina por no ser capaz de decir una frase en su trabajo como sustituta de una nieta fallecida, imponiendo sobre ella el castigo físico. Lo mismo hace con la enfermera al enterarse de que trabajaba por su cuenta, pues la golpea con un mazo hasta sangrar.
Mont Blanc elige el nombre de Alps para la compañía para dar importancia al equipo en sí mismo, como unidad que hace tan bien su trabajo que no puede ser sustituida, como sujeto valioso por su única existencia. Pero dejando siempre claro que él cumple el papel de la montaña más grande de los Alpes, la más conocida y con mayor importancia: el Mont Blanc.
Lo mejor de la película: el hecho de pensar que esa soledad que reflejan los protagonistas no es tan irreal como las otras situaciones planteadas por el director, y menos en nuestros tiempos, lo que nos lleva a pensar que una historia así es perfectamente factible.
Lo peor de la película: es posible que si no se conocen otras obras del director no se aprecie el subtexto del film, que hace entender muchos aspectos de la película.