Enemigos en serie: Jessica Jones vs Kilgrave

Jessica Jones
A finales del año pasado se estrenó una de las series más esperadas de la temporada. Ésta no era otra que Jessica Jones. Sin duda había mucha expectación ante su estreno, sobre todo después de ver los resultados que había tenido la otra producción nacida de la unión entre Marvel y Netflix sobre las aventuras de el  hombre sin miedo: Daredevil.

En este caso la historia gira en torno a Jessica Jones (interpretada por Krysten Ritter), una mujer con un difícil pasado y que posee superpoderes a causa de un accidente (o no tan accidente) que tuvo cuando era niña.

Después de una experiencia traumática, decide reordenar su vida trabajando como detective privado. Su tranquila existencia se ve interrumpida por la aparición de un viejo enemigo, que no es otro que Kilgrave.

La relación entre Jessica Jones y Kilgrave es compleja, hasta el punto de que resulta imposible plantearse la situación de ambos sin la existencia del otro. Por un lado Jessica abandona toda su vida pasada, cualquier vínculo que pueda le recordar la mera existencia del personaje interpretado por David Tennant. Y es que no solo se olvida de quién es como identidad, también deja los superpoderes de lado, abandona a sus amigos (la única familia que le queda) y se encierra en una realidad paralela ayudada por el alcohol, en la que se sumerge cada vez más. La culpa por los actos cometidos carcome la conciencia de Jessica que hace que, una vez superada su época bajo el control de Kilgrave, ella misma sea su propio enemigo. Podemos comparar a Jessica Jones con la situación que viven millones de mujeres, y es que no siempre un golpe duele más que una palabra.

Jessica Jones
Nuestra protagonista presenta todos los rasgos típicos de la depresión.

En la otra cara de la moneda tenemos al Sr. Morado, Kilgrave. Es un ser que no posee ningún tipo de empatía con los que le rodean y que se excusa en un pasado inventado para justificar todos sus actos: el de un niño atormentado por unos padres que solo quieren llevarle a su máximo potencial. Resulta tremendamente irónico que al final él mismo le pida a su progenitor que consiga hacer aquello con lo que se excusa. Y es que, queridos lectores, el perfil de Kilgrave es el de un sociópata, un psicótico sin escrúpulos que únicamente busca el beneficio y placer propio. Simplemente se trata de un niño mimado que siempre ha obtenido todo lo que quiere, hasta que deja de poder tenerlo todo. Las palabras de Kilgrave dejan de tener un efecto de control sobre Jessica, así que ella ya es libre de su dominio. Llegados a este punto, si antes Kilgrave deseaba a Jessica, ahora la anhela. El clásico cliché de la fruta prohibida: quiero aquello que no puedo tener.

Jessica Jones Kilgrave
Manipulador, extorsionista, y un largo etc son los adjetivos que podemos aplicar a Kilgrave.

En ese momento, al ver que no puede dominarla, Kilgrave decide atacar a todo aquel que le importa a Jessica. Es el momento en que nuestra heroína debe tomar la decisión de dejarle vivir y únicamente capturarlo, o poner fin a la vida de ese hombre que tanto mal ha causado. Un desgraciado suceso hace que todas las dudas de Jessica desaparezcan. Debe dar caza a ese monstruo y acabar con él. Por su parte, Kilgrave va a poner todo su empeño y no va a escatimar en esfuerzos para hacerle sufrir y que sea la propia Jessica quien le suplique para que ponga fin a ese calvario. El método no puede ser más efectivo, chantajeará a la detective haciendo daño a las dos personas más importantes en su vida.

Una cosa que me llamó mucho la atención de esta serie es el nivel de calidad que adquiere la serie cuando apareció por primera vez Kilgrave. La interpretación de David Tennant es maravillosa, consigue a un antagonista con un carisma enorme. Sinceramente no recordaba un villano así de carismático desde el Hannibal Lecter que interpretó Anthony Hopkins. Al igual que pasó en su día en El Silencio de los Corderos entre el Hopkins y Jodie Foster, Tennant consigue hacer crecer al personaje interpretado por Kristen Ritter en su duelo en pantalla. Cada vez que aparecen los dos juntos en escena se consiguen unas escenas enormes en una lucha interpretativa en la que ninguno esta por encima del otro, sino que se complementan. Así consiguen llevar a la serie a otro nivel, un nivel que (espero que no) podría decaer en la segunda temporada.

Posdata: En esta entrada he contado con la estupenda colaboración de mi compañera y editora particular Alba M. Lecha como coautora del texto.