El Reino (2018): La rabia de (casi) todo un país

El Reino
[CON SPOILERS] El Reino (2018) no es solo la mayor muestra de talento que nos ha ofrecido el gran Rodrigo Sorogoyen, sino que es una de las mejores películas de la presente década.

La corrupción es una de las características indiscutibles del ser humano. Ya seamos políticos, profesores, arquitectos o estudiantes, la corrupción está presente en cada uno de nosotros, a pesar de que, afortunadamente, suele quedar bajo llave en lo más profundo de nuestro ser. El problema de la corrupción llega cuando está tan presente en una sociedad como en la española.

Cada día de nuestra vida nos levantamos y hay nuevos casos de corrupción destapados, nuevos rostros desacreditados por actos vergonzantes y menos esperanza en los políticos de nuestro país. Lo que resulta extraño es que en una cultura cinematográfica tan expeditiva como la nuestra nadie haya intentado retratar este candente tema.

Lennie y de la Torre

Este país necesitaba una película sobre la corrupción, en parte para intentar concienciar, pero sobre todo por el juego que da al séptimo arte un tema tan poco exprimido en nuestro cine. El Reino es una de esas películas que no se olvidan, que son necesarias y que pasan a la historia. Lo magníficamente redonda que es en todos los aspectos justifica cualquier alabanza que se le pueda brindar. Nada falla.

Rodrigo Sorogoyen escribe, junto Isabel Peña, y dirige la cinta con una maestría solo igualada en este país por el gran Alberto Rodríguez. Con Que Dios nos perdone (2016) ya vimos lo que se nos venía encima: un director con mucha personalidad, talento y ambición. Su poderío visual es muy particular y potente, más viniendo de un país que no se ha prodigado mucho en lo que a innovación técnica se refiere. El director madrileño es todo lo ambicioso que debe ser un artista. No se arruga ante ningún proyecto.

En una cinta con un protagonista tan indiscutible y, en cierto modo, solitario, hacía falta contar con un actor de la talla de Antonio de la Torre, el, por méritos propios, mejor actor que ha dado este país en este siglo, y hay que pensar que este es el país de Luis Tosar, Eduard Fernández, Raúl Arévalo o Javier Bardem, entre muchos otros. Antonio de la Torre devora la pantalla en cada una de las escenas en las que sale; esto de por sí tiene mérito, pero sabiendo que aparece en todas y cada una de las escenas de la película, tiene doble (o triple) mérito.

De la Torre y López

El reparto de El Reino no se queda atrás de la masterclass del actor malagueño. Josep María Pou con una actuación muy profunda llena de claroscuros, Ana Wagener recuerda a muchas de nuestras políticas con pulso de hierro, Nacho Fresneda es un gran descubrimiento para los no familiarizados con la relevante El ministerio del tiempo (2015-Actualidad) y Mónica López confirma las buenas impresiones que dejó en Que Dios nos perdone. Aparte, hay dos intérpretes que lo que hacen no es humano: Bárbara Lennie y Luis Zahera.

La prolífica actriz ganadora de una goya por la enigmática Magical Girl (2014), Barbará Lennie, necesita tan solo tres escenas para interpretar un papel muy humano que se convierte en nuestra extensión en la pantalla. Su monólogo final en el intenso cara a cara entre el papel de Antonio de la Torre y el suyo es magistral, no solo por los escritos de Sorogoyen y Peña, sino por la rabia y la indignación que desprende Lennie. Su voz es la de todos nosotros.

Predator (2018): Siempre es mejor con “R”

Por otro lado, tenemos a Luis Zahera, uno de los actores más infravalorados de nuestro país. Al igual que Lennie, Zahera se basta con sus tres escenas: cuando llega de china, en el restaurante y en el balcón. Tres escenas muy potentes con las que construye un personaje muy claro e interesante. En especial, la escena del balcón es una maravilla. Si a Manolo Solo le dieron un Goya por su extraordinaria labor en aquella intensa escena de Tarde para la ira (2016), Zahera se merece un Goya por la conversación con de la Torre en el balcón.

El Reino

He querido resaltar la labor del reparto porque es excelente, pero si hay algo que pasará, indudablemente, a la posteridad de nuestro cine, es la dirección de Sorogoyen. Tan solo tres películas, cuatro si contamos su codirección en 8 citas (2008), le han bastado para llamar la atención de propios y extraños. Su maestría para los planos secuencia es propia de grandes maestros como Alfonso Cuarón o Paul Thomas Anderson.

Hay dos escenas de El Reino que hacen injustificable su improbable derrota en la gala de los Goya del año que viene: la anteriormente comentada conversación en el balcón y la extenuante secuencia de la casa de Andorra. La del balcón se conforma de 5 minutos de conversación ininterrumpida entre de la Torre y Zahera, mientras que la de la casa de Andorra son 11 minutos de plano secuencia. Uno acaba fascinado ante tal demostracion de control y talento.

El Reino es todo lo que debe ser una película: Interesante, intensa, entretenida, divertida, con una realización de ensueño y grandes actuaciones. Además, tiene un mensaje muy potente: no debemos normalizar la corrupción por mucho que seamos conscientes de que forma parte de cada uno de nosotros.

Nota: 10

Lo Mejor: Su rabia, la dirección de Sorogoyen y todos los miembros del reparto.

Lo Peor: Que no vaya a ser elegida como representante por España para los Oscars del año que viene.

 

Ferran Alcocer Gómez

Ferran Alcocer Gómez

Cinéfilo incondicional. Nolanista, Zimmerista y purista. 8 años llenos de pasión, amor y respeto hacia el cine. Sé distinguir entre cine y streaming.