El problema de alargar las series

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Hace ya una semana que no escribo por aquí de series. No es por dejadez, es por tener la suerte (tal y como está el país) de trabajar unas 12-14 horas diarias.

Pero mejor voy con la cuestión que me estaba planteando el otro día viendo la estupenda True Detective. Me faltan tres capítulos para despedir a un querido Woody Harrelson y a un estupendo y enigmático Matthew McConaghey. Pronto se acabaran las andanzas de Marty Hart y Rust Cohle, al menos para mí y hasta que lo vuelva a revisionar.

No mentiría si dijese que quiero que acabe para saber el final, ciertamente estoy intrigado por saber que nos ha preparado su realizador y guionista Nic Pizziolato. Hace tiempo que la primera temporada acabo, pero para mí aún no porque la empecé el otro día. Canal + series está emitiendo la segunda y aquí es donde está el tema.

True Detective crea en su segunda temporada un nuevo caso, distintos personajes, una serie completamente nueva solo con el nexo de unión del mismo productor y guionista y el mismo nombre. Me da pena que ya no pueda ver nuevas andanzas de Hart y Cohle, pero es lo mejor que podía suceder. Con esto se consigue que guarde un magnifico recuerdo de ellos y no los trille ni me aburran como en otras series.

Hay personajes de otras series que me han fascinado, me han hecho sentir todo tipo de emociones, personajes inolvidables que por culpa de las ganas de hacer caja de las productoras y las televisiones han hecho olvidables. Son muchos los casos, muchas las series que han sufrido un alargue excesivo. Perdidos, House, Breaking Bad, Dexter, A dos metros bajo tierra……. (no cuento Castle, Bones ni otras series por el estilo porque eso es otro tema). Personajes tan magníficos como el doctor House o el asesino en serie Dexter han llegado a aburrir a medida que las temporadas avanzaban. Capítulos de casi una hora en los que no pasaba nada, en lo que el relleno era impresionante, una tomadura de pelo para el espectador. El final de perdidos (serie que deje en la temporada 3 y que me descubrió el gran fiasco de JJ Abrams como creador de series) es una muestra de la caraja mental que tenían ya unos guionistas cansados, cansados de alargar tramas sin sentido y de reescribir guiones para intentar alargar el éxito y seguir haciendo caja.

Aunque echare de menos a Hart y a Cohle, guardare un buen recuerdo de ellos. Para mi han sido como un amor de verano, corto e intenso y con un buen sabor de boca con el tiempo. En cambio los demás se convierten en ese matrimonio rutinario que acabas odiando y al que sigues soportando (en el caso de perdidos o Breaking Bad pedí antes el divorcio) esperando a que vuelva la magia que te enamoro un día.

Posdata: Las tres primeras temporadas de Juego de Truenos no estuvieron mal, pero entre las dos últimas y Lucecita (novela de gran éxito para el marujeo de finales de los noventa) me que con la última.

Posdata 2: De Los Simpson mejor ni hablo. Hace tiempo que deberían haber acabado con una serie que fue magnífica y que han destrozado con el tiempo.