El nombre que se pone a un niño, más exactamente a tu hijo, es un nombre especial que llevará toda la vida si el niño lo acepta. Pero ya están empezando, desde hace algún tiempo, a recibir los niños nombres un tanto particulares.
Éste es el caso, por el ejemplo, de Juan Carlos Expósito, que ha decidido darle a su hijo el nombre de Goku, largamente meditado no sin tener algún problema legalmente. Pero vamos al testimonio. Sus razones las da en Verne: «leímos muchos artículos donde aparecían listas de nombres y la verdad es que en el mundo hay de todo. La última moda era poner nombres de series actuales, como Game of Thrones [Juego de Tronos], o películas de culto como Star Wars [La Guerra de las Galaxias]. De hecho, en diciembre de 2014 comenté la idea en un artículo sobre el tema: “Mi hijo nacerá en 6 meses. Si es chica se llamará Noa pero si es chico, yo propuse Goku y a la madre le gusta. ¿Cómo de terrible sería llamarle Goku?».
Aunque no es un fan acérrimo de la serie sus motivos tenía para elegir ese nombre: «fui fan de Dragon Ball [Bola de Dragón] de pequeño, pero lo justo. No tengo cómics, ni muñecos, ni pósters, ni colecciono artículos de la serie. El nombre de Goku me parecía bonito. De la serie, ningún otro nombre me llamaba la atención, no eran serios. Y el personaje de Goku tiene muy buenas cualidades: guerrero, incansable, disfruta en todo momento pese a las adversidades y es siempre feliz, ignorando lo que opinen los demás».
Pasó un tiempo hasta que decidieron llamarlo así, «después de un año barajando muchos nombres, nos dimos cuenta de que inconscientemente le estábamos llamando Goku ya. Y nos parecía el nombre más bonito de todos. Era original y diferente. El segundo nombre, Ceferino, es por el padre de mi mujer que, lamentablemente, nos dejó hace diez años sin yo llegar a conocerlo. Queríamos rendirle ese homenaje, aunque sólo fuera en el papel. En la práctica lo llamaremos Goku Expósito García».
Puede ser ésta una anécdota más, pero si nada lo remedia tendremos una saga de niños con nombres bien particulares procedentes de la cultura popular, los Inuyashas y los Krilin están a la orden del día.