Año: 2016 | Dirección: Fede Álvarez | Producción: Sony Pictures, Ghost House Pictures, Good Universe | Guión: Fede Álvarez, Rodo Sayagues | Música: Roque Baños | Fotografía: Pedro Luque | Reparto: Dylan Minette, Jane Levy, Stephen Lang, Daniel Zovatto, Sergej Onopko, Jane May Graves, Jon Donahue, Katia Bokor, Christian Zagia, Emma Bercovici, Brak Little, Michael Haase | Género: Terror. Thriller | Duración: 88 minutos.
Tras realizar la acertada Posesión Infernal (2013) -remake de la obra original-, la dupla formada por el director uruguayo Fede Álvarez y el ahora productor Sam Raimi regresa a las salas de cine con No Respires, thriller asfixiante con tintes de terror que presenta interesantes propuestas para el género. Un notable ejercicio de dirección que se ve empañado por las zarpas de Hollywood.
Tres jóvenes ladrones creen haber encontrado el robo perfecto. Su objetivo será un ciego solitario poseedor de una gran fortuna en su propia casa, pero tan pronto como entran serán conscientes de su error, pues se encuentran atrapados y luchando por sobrevivir contra un psicópata que oculta oscuros secretos. Esta es la sinopsis que reza el filme, que presenta grandes aciertos a la par que diversas incongruencias.
Por una parte, resulta interesante la apuesta por situar a un antagonista ciego, pues es un recurso que da juego y huye de clichés establecidos. Pero, en varios momentos, no deja de ser el típico antagonista fuerte que atormenta al resto de personajes. El juego del gato y el ratón funciona, gracias a la labor de dirección del uruguayo Álvarez. La experiencia adquirida en Posesión Infernal hace incidencia en No Respires, pues el director se maneja de manera notable en espacios opresivos, manteniendo un buen ritmo y tempo. El espectador se sentirá angustiado en muchos momentos.
Otro de los aciertos de la película es la propia estructura. Si bien no sorprende, pues es muy tradicional, sitúa acertadamente sus puntos de impacto, a la par que giros de guion. De cara al espectador, realizar un buen filme de estas características puede resultar una tarea de gran dificultad -pues la fórmula persecución suele cansar en breve-, por lo que el guion debe estar escrito de manera muy inteligente. Los grandes momentos de la película funcionan como sorpresa, refuerzo y mantenimiento del interés, consiguiéndolo. Si bien, a priori, la película adolece no tener gran carga narrativa, solventa ese problema según avanza la trama. Aunque, todo hay que decirlo, el final termina alargándose ligeramente.
El trío protagonista cumple, sin más, con una Jane Levy a menor nivel que en Posesión Infernal. El plato fuerte viene de la mano del veterano Stephen Lang, quien realiza una gran interpretación del ciego psicópata, a excepción de un problema: incongruencias de guion respecto a esta minusvalía. ¿Cuadros en una casa de un ciego que nunca es visitada?, ¿ventanas que se rompen y no se entera?
Tanto dirección, fotografía, música, actores…etc. funcionan, y bien, por lo que es una buena película, pero que se ve empañada por la alargada zarpa hollywoodense. Una oportunidad perdida de realizar un debate protagonista-antagonista de cara al espectador -para que se dude quién es el bueno realmente-, que hubiera (por lo menos, en mi caso) alzado la calificación sobre el filme. ¿El problema? que algo así, probablemente, no fuese rentable, y ya sabemos cómo se las gastan en Hollywood con esos productos…
En definitiva, un filme recomendable para disfrutar de un buen rato en el cine y amortizar el dinero de la entrada. La dupla Raimi-Álvarez funciona -con el uruguayo demostrando su gran talento-, y nada hace pensar que no lo hará mejor en próximos títulos, por lo que un servidor se sube al carro a esperas de ver una propuesta más de autor.
Lo mejor:
- Ritmo y tempo narrativo acertados, manteniendo el pulso durante todo el metraje.
- Gran actuación de Stephen Lang, realizando un papel completo.
- Un soplo de aire fresco a un género repleto de clichés.
Lo peor:
- Esperaba una propuesta más de autor.
- Diversas incongruencias y algún agujero de guion.
- Un final prolongado, que termina cansando al espectador.