Crítica de El jugador (2014)

Thriller trepidente sobre el juego. Protagonizado por Mark Wahlberg junto con otros actores de la talla de John Goodman, Michael K. Williams junto con una Brie Larson que hace un pequeño papel secundario como alumna del profesor. La dirección cae a cargo de Rupert Wyatt y el guión es de William Monahan. La música ha sido elegida por Jon Brion y Theo Green. La productora es Paramount Pictures / Winkler Films.

Mark Wahlberg es un profesor en una universidad americana con un buen puesto, una situación económica y social pudiente y muy talentoso. Asimismo tiene una inteligencia portentosa y una ambición aún mayor. Pero se mete en el mundo oscuro del juego ilegal, decide hacer una apuesta con su propia vida, darlo todo. Todo o nada, vencer o morir tal es su filosofía. Ante sus alumnos se desnuda sólo los genios destacan, solo a ellos les espera el cielo.

El jugador es quizás un título que nos pueda llevar a engaño pues él no es un jugador. Entonces ¿qué quiere? ¿qué busca? Hacer una apuesta con el vivir, ¿quiere empezar de nuevo? ¿ser otro? O simplemente busca tocar el cielo, saber que no es un mediocre…

Se la juega y él lo sabe. A veces la vida es como una ruleta rusa. Se juega su pellejo y la de los que le rodean. Está tan seguro que se diría que la vida ya no le pertenece. Desasido de todo afronta sus fracasos como si supiese como si aceptase que todo está en manos del destino del dios que juega a los dados.

Crítica de El jugador (2014)

El jugador (2014) es un film trepidante y que puede llegar a sorprender. No es del todo un film de acción y pretende que el espectador se haga algunas preguntas cuando el personaje se lo juega todo a una carta. Quizás vale la pena o no ganarlo todo o perderlo todo con tal de llegar a lo más alto de saber, de dar sentido a la vida de uno haciendo la apuesta más alta. Arriesgarse aunque más allá de la puerta esté la muerte, la de uno.

Pero hablemos de los actores. John Goodman y Michael K. Williams hacen de gangsters, unos gangsters muy humanos que casi comprenden porqué el personaje de Wahlberg es tan temerario y juega todo una y otra vez. No abandonan su papel de malos y el profesor recibe. Pero a la vez no entienden las motivaciones de un profesor que no deja de sorprenderles. Y a nosotros. Un personaje el del profesor que se sale de todos los esquemas y que parece que no le guían las mismas leyes que rigen al común de los mortales. El profesor de literatura es a la vez un enigma, un rara avis que no deja de desconcertar a todos los que lo conocen. Su fascinación llega hasta sus alumnos. Cómo es posible que un profesor así más allá del bien y del mal enseñe con su ejemplo vivo. Eso es un profesor.

Todo es una carrera contrareloj por salvar la vida o perderla. Es una prueba. El dinero está en la mesa y arde como la noche. La motivación de este personaje quizás sea oscura para nosotros Rupert Wyatt no ha querido crear un film al uso, hay muchos cabos sueltos y el film tiene algunas escenas de realismo mágico que pueden llegar al asombro. Como si todo fuese un juego y nada más que eso, y cada personaje hiciese su papel, como el teatro de Shakespeare. La vida es sueño decía Calderón.

Cada día es un nuevo día, la vida una aventura que hay que saber vivirla. Y lo que importa es jugar aunque mañana estemos muertos, así piensa el jugador pero no sabemos qué hará cuando llegue a su destino. Le espera alguien como en las obras de Shakespeare. El final puede bien ser un guiño a la obra del dramaturgo más famoso de la historia inglesa.