Hace tiempo que esperaba ver El Libro de la Vida, película de animación producida por el amigo Guillermo del Toro.
Esta vez ha dejado de lado el rollo vampírico y gente con más mala cara que los pollos del PRYCA y laberintos de faunos y otra fauna diversa y se ha arremangado con otro estilo, las películas de dibujos o de animación que queda mejor. La película se llama El Libro de la Vida pero no tiene nada que ver con el libro de familía.
Así que aprovechando que hacía sombra, me dirigí a verla en modo independentista, es decir, sólo y sin palomitas ni refresco. Que la cosa está muy mala… Por suerte, no había mucha gente y conseguí un sitio lejos de “guasaperos”, aprendices de comentadores de películas en dolby sorround y otra fauna que van al cine a todo menos a ver películas.

El Libro de la Vida empieza con unos niños que se supone que son malos en el cole pero cuando se les saca comidos son más buenos que el corderito de Norit. Para variar, les llevan al museo a ver si hay suerte y alguno se pierde. Pero no caerá esa breva y un mujerzuela de buen ver les explica la historia de un sito que se supone que es México por lo gorros pero que podría ser la rambla de Barcelona. Para que no tengas dudas de donde pagan impuestos, ponen gallinas también de esas que hacen buen caldo.
Debajo de México vive gente porque la burbuja inmobiliaria ha hecho más daño que una almorrana en el Dragon Khan: se trata de la Tierra del Recordado y la Tierra de los Olvidados. En la Tierra de los Olvidados vive la gente que ha dejado herencia y su familia está agradecida. En el segundo te lo puedes imaginar, ¿no?
Allí en México parece ser que sobra el dinero y les gusta aparentar porque una vez al año le dan la comida a los muertos en vez de a los vivos. Eso si, al día siguiente vuelven y se la llevan a casa que, una vez más, la vida está muy dura…
Como hay prisa, nos presentan pronto a los protagonistas: Manolo cuyo padre quiera que sea un “Manolete” de la vida, Joaquín (pero no el del Betis, otro) y María que va para guapa y por eso los dos están embobabos y viven en una edad del pavo continuo.
Eso hace que el padre la envía a España (os he contado que allí sobra el dinero, ¿verdad?) y vuelve más chupi-progre que Zapatero en el día de la Hispanidad. A la vuelta, los niños son más hombretones que un vasco con sobredosis de redbull pero siguen en la edad del pavo con María. Los dos compiten por la mujerzuela y ella se hace la dura pero algo malo pasa, para variar, y Manolete tendrá que arremangarse y hacer un largo viaje cuál ingeniero español para conseguir trabajo. Joaquín no le puede acompañar que con la crisis no tiene ni para bocadillos de atún.
Y quién quiera saber como acaba que se gaste los 8 euros como yo…
La dirección de Jorge R. Gutiérrez lleva con maestría la historia y consigue que no decaiga en ningún momento. En pocas ocasiones sentiremos la sensación de estar viendo una película de niños rodeado de niños. El diseño artístico es de lo mejor de la película y resulta muy original y colorida. A veces no sabemos si estamos en México o en el día del orgullo gay.
Todo buen filme de animación que se tercie, debe contar con un buen número de canciones. En nuestro caso no habrá problemas porque El Libro de la Vida cuenta con más canciones que una taberna irlandesa en día de partido. Incluso cuenta con una versión de la conocida Creep de Radiohead que hasta la fecha el grupo se había puesto en modo rancio y no dejaba usarla en ninguna banda sonora.
En definitiva, una divertida película para verla con la chavalería o en esos días que tenemos el síndrome de Peter Pan por las nubes.
Lo mejor: hasta de la muerte y los difuntos se puede hacer una divertida película. Artísticamente, una obra de arte.
Lo peor: algunas partes de la historia se sostienen menos que los argumentos de Rajoy.
Curiosidades de la película:
– El Libro de la Vida está dedicada e inspirada en el mejor amigo que tenía Jorge R. Gutiérrez cuando era niño y que murió cuando el director tenía 9 años. Su madre le dijo que mientras lo recordara y hablara con él, el amigo siempre estaría presente: “En el momento en que no hablemos de ellos entonces se han ido en verdad”.
– Para el director el 2 de noviembre, día en que se celebra a los muertos en México, es tan importante que fue el día que eligió para casarse.
– Para muchos niños la festividad favorita era navidad. Para Guillermo del Toro era el Día de Muertos. Su abuela solía llevarlo al panteón de Mezquitán, en Guadalajara, para honrar la memoria del abuelo.
– La versión ranchera de Creep que se escucha en la cinta, y que fue rehecha por Gustavo Santaolalla, marca la primera ocasión en que la celebrada banda inglesa da el permiso no solo para usar uno de sus temas, sino para hacer una versión distinta de la original.
– Jorge escogió Creep luego de que escuchara a un niño de 14 años cantarla en versión ranchera en una cantina en Garibaldi, en Ciudad de México. El chico la interpretó en un inglés pobre, pero con tanto sentimiento, que los que estaban presentes saltaron de su asiento para aplaudirle cuando terminó, contó el director.
– Todos los personajes femeninos de la cinta fueron diseñados por Sandra Equihua, esposa de Jorge, mientras que él creó todos los personajes masculinos. La Muerte fue hecha por los dos porque querían hacerla “diferente pero al mismo tiempo familiar”.
– Cuando Jorge Gutiérrez presentó los personajes que usaría para El Libro de la Vida a los creadores de animación de los estudios le dijeron que eran muy raros, que no se podrían hacer en el ordenador. Cuando el productor de diseño, que es salvadoreño, vio los dibujos, se los pidió y se los llevó a su país. Allá, unos artesanos los convirtieron en maquetas. Cuando regresó todo mundo se quedó impresionado y les dijo, “Si esta gente en El Salvador pudo crear esto en el mundo real, los personajes] se pueden hacer en el ordenador”.
– El personaje de Xibalba es un homenaje a las criaturas sobrenaturales que han aparecido en algunos de los filmes dirigidos por Guillermo.
– El Libro de la Vida tardó en poder realizarse seis años. Los estudios de cine no querían producir una película así porque pensaban que abordaba de un tema tétrico, la muerte. Fox fue la única empresa que, según Jorge y Guillermo, entendió el concepto.
TRAILER DE LA PELÍCULA
¡Saludos monjas!