El caos es orden sin descifrar: análisis de Enemy

Análisis de Enemy
Título: Enemy | Año: 2013 | Dirección: Denis Villeneuve | Producción: Pathé International, Entertainment One, Rhombus Media | Guion: Javier Gullón (adaptación de José Saramago) | Música: Schnittke | Fotografía: Nicolas Bolduc | Montaje: Matt Hannam | Reparto: Jake Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Sarah Gadon, Isabella Rossillini | Género: Intriga, drama | Duración: 91 minutos

Resulta difícil escapar de la asfixiante atmósfera en la que Enemy envuelve al espectador. Película basada en la novela El Hombre Duplicado de José Saramago, es impactante para el espectador tanto por el fondo como por la forma. Por un lado, la estética del mundo que nos presenta es lo que más llama nuestra atención en un primer momento. Pero según van desentrañándose los acontecimientos, nuestra atención va dirigida a intentar descifrar los conflictos que se nos presentan. Podría considerarse que es la estética del film la que nos va poniendo en situación hasta alcanzar el final de la película, momento en el que el espectador se siente más desorientado tras los, en principio, incoherentes sucesos de los que ha sido testigo. Esta película nos presenta un tema muy conflictivo para el razonamiento del ser humano: la búsqueda de la propia identidad, quiénes somos. Por ello, para poder comprender esta película, hay que abordarla desde dos puntos: desde su estética y contenido.

Lo más sugerente en el primer momento que nos enfrentamos a la cinta, es el espacio fílmico en el que nos envuelve. Toda la película se encuentra cubierta por un halo ocre que envuelve la ciudad de Vancouver. Villeneuve es conocido por cuidar al máximo la fotografía en todas sus obras cinematográficas, cambiando siempre de director de fotografía. Pero en esta ocasión repitie con Nicolas Bolduc, con quien ya había trabajado en Next Floor.

Estas tonalidades y las panorámicas de la ciudad provocan una cierta sensación de ahogo, el mismo que siente el protagonista a lo largo de toda la cinta. Pero además de la fotografía, el montaje en esta película es esencial; asume el control de la narración, la cual al poseer muy pocos diálogos, es básica para guiar al espectador por la trama y no provocar despistes (o al menos no demasiados).

Enemy

También emplea elementos propios del imaginario surrealista de Buñuel para dotar la trama de un halo casi fantástico. Ésto se hace visible con la representación de la araña gigante sobre la ciudad de Vancouver, o también en el último plano cuando aparece en la habitación del protagonista. No es casual que llame “Mamá” a este insecto, puesto que es un guiño a la escultura del mismo nombre creada por la artista Louise Bourgeois, que está expuesta en el Guggenhaim de Bilbao. La escultura recibe este nombre porque la artista encuentra múltiples similitudes entre este insecto y las labores de una madre, lo cual Villeneuve ha encontrado interesante para añadir a su película. No solo por su significado, sino también por los matices surrealistas que alcanza para situar al espectador en la delgada línea que separa la realidad del mundo onírico.

La búsqueda de la propia identidad, en este caso masculina, es uno de los mayores “problemas” de la sociedad moderna. Y precisamente lo es porque todavía nadie ha sido capaz de darle solución. Una vez los seres humanos nos hemos adaptado a una vida de comodidades que satisfacen nuestras necesidades primarias, nos surgen nuevos conflictos. ¿Quiénes somos? ¿Estamos solos en el mundo? ¿Somos seres únicos, como tanto se empeñan en hacernos creer? Es a este tipo de cuestiones a las que se enfrenta Enemy. No pretende solventar nuestras dudas, sino abrir nuevos interrogantes y nuevas vías que consigan remover algo en el interior del espectador para que busque sus propias respuestas.

Existen muchas teorías sobre el significado de la historia de Enemy. Algunas advierten que el protagonista sufrió un accidente, por el cual comenzó a cambiar su personalidad y le hace sufrir alucinaciones.  (SPOILERS) Es decir, el protagonista era un profesor de universidad con complejo de actor, pero que nunca consiguió un papel decente. Estaba casado y esperando un hijo, pero su relación se tambaleaba por una infidelidad que cometió y que su mujer no ha logrado superar. Durante una de sus escapadas con su amante, ésta se da cuenta de que es un hombre casado y discuten, provocando un accidente de tráfico en el que ella muere y él acaba con lesiones cerebrales. Debido a esas lesiones, el protagonista ha olvidado su pasado, por ello se alarma tanto cuando se ve a sí mismo en una película. Esta explicación podríamos decir que está “cogida con pinzas” como se suele decir, aunque existen algunos indicios que nos pueden llevar a ella. Como que el profesor le recomiende ver esa película concreta o que su madre le diga a Adam que no triunfó como actor. Ésto es precisamente lo que consigue que Enemy sea tan seductora a ojos del espectador. Se mueve continuamente en la ambigüedad de los hechos, no dejando nada claro, ni aun cuando termina la película, cuál es la realidad que debemos creer.

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Otras opiniones apuestan a que el personaje de Adam llegó a desdoblarse en un momento de su vida, debido a las contradicciones que nacían dentro de él. Adam y Anthony son personas muy diferentes; mientras que el primero es aburrido y sensato, el segundo es más impulsivo y descarado. Aunque, personalmente, no creo que la película quiera ser explicada. Nos encontramos ante una obra cuyo propósito es, además de ser disfrutada estéticamente, provocar la reflexión del espectador. Villeneuve quiere que nos hagamos preguntas, que meditemos acerca de nuestra existencia en la tierra, de nuestra identidad a lo largo de la historia. Aunque para profundizar más en este tema, sería necesario todo un ensayo filosófico, y ni aun así obtendríamos una respuesta clara.

Un elemento fundamental y sin el cual Enemy no sería tan atractiva ni tendría tanta fuerza para contar la historia es el elenco de actores. Especialmente Jake Gyllenhaall. Es capaz de interpretar a dos personajes, las dos fracciones del protagonista, separando a la perfección sus personalidades y permitiendo que el espectador sepa en todo momento si se encuentra frente a Adam o frente a Anthony. El primero tiene una personalidad devastada, se resigna a vivir una vida que no le satisface, se ha conformado con la monotonía y la desesperanza. Motivo por el cual le causa tanta fascinación encontrarse con una persona idéntica a él, supone un nuevo objetivo en su aburrida vida. Anthony, por el contrario, es un hombre más malévolo, manipulador y mentiroso. Son dos opuestos. Son las dos facetas que conviven en una misma persona. Y aparte de la impecable interpretación de Gyllenhaal, los papeles tanto de Mélanie Laurent como de Sarah Gadon están al mismo nivel que el del protagonista.

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Para finalizar, resulta bastante reseñable mencionar algunos aspectos de la filmografía del autor. Denis Villeneuve es un director canadiense cuya trayectoria profesional va en ascenso. Comenzó dirigiendo documentales y cortos que trataban problemáticas sociales. Rated R for Nudity, Next Floor y 120 seconds to be elected tratan tres temas de ámbito social desde una perspectiva casi “monstruosa” para impactar al espectador. Son ópticas muy bizarras, casi podríamos denominarlos como experimentos en la carrera del autor con fines críticos; son realidades distorsionadas que muestran con otras perspectivas aspectos reales con los que tenemos que lidiar diariamente.

Como director de cine encontramos similitudes entre sus películas, y es que estéticamente cuida mucho la fotografía en todos los planos, lo que podríamos decir que le define. Aunque cambie de temática en sus cintas, en todas reflexiona sobre el ser humano. Lleva a los personajes al límite, para ver de qué somos capaces. En Prisioneros, película estrenada unos meses antes que Enemy, podemos observar esto en el comportamiento del padre. Es capaz de todo con tal de recuperar a su hija, incluso de torturar a un inocente. En Sicario, estrenada en 2015, vemos la lucha moral de la protagonista cuando se entera de los “trapos sucios” en las operaciones militares. Villeneuve no solo cuenta historias en sus películas, sino que provoca que algo en el interior de nosotros se revuelva, quiere que nos sentamos incómodos y nos preguntemos el por qué.

En conclusión, la extensión de esta crítica se me queda corta para hablar de este film. Y es que Enemy es una de las mejores películas de los últimos años. Está claro que contaba con una buena base, dado que Un Hombre Duplicado es una novela soberbia que debería estar en todas nuestras estanterías. Son pocas las películas que logran que el espectador desee volver a verlas repetidas veces. Y Enemy lo consigue.

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