[CON SPOILERS] Los Hermanos Coen pasaron inadvertidos hace dos años con una de sus películas más incomprendidas. ¡Ave, César! (2016) fue una obra que causó absoluta decepción para gran parte de los incondicionales de los Coen, pero merece la pena reivindicarla como una genialidad indiscutiblemente coeniana.
Título: ¡Ave, César! | Dirección: Joel y Ethan Coen | Guión: Joel y Ethan Coen | Reparto: Josh Brolin, George Clooney, Scarlett Johansson, Ralph Fiennes, Alden Ehrenreich, Channing Tatum, Jonah Hill, Tilda Swinton y Frances McDormand | Fotografía: Roger Deakins | Montaje: Roderick Jaynes | Música: Cartel Burwell | Producción: Joel y Ethan Coen, Eric Fellner y Tim Bevan
En el Hollywood de los años 50, Eddie Mannix, jefe de producción de Capitol Pictures, controla con pulso firme todo lo relacionado con los rodajes y la vidas privada de las estrellas. ¡Ave, César! plasma la industria en la convulsa década de los años 50, década marcada por la lucha entre el comunismo y el capitalismo.
El cine de los Hermanos Coen presenta una serie de elementos indistinguibles que han pasado a la historia del cine. La creación de un universo donde los más inocentes acaban siendo los más culpables fue un acierto que ya quedó patente en la ópera prima de estos directores: Sangre fácil (1984).
Después de 32 años de carrera y un puñado de clásicos a sus espaldas, los Coen se han ganado a pulso la capacidad de elegir las historias que quieren narrar con los medios que ellos crean necesarios. Este deseado poder les permitió producir, montar, escribir y dirigir su particular homenaje a la industria Hollywoodiense de los años 50. ¡Ave, César! fue el resultado de esta idea, y llegó en 2016 (inicialmente, el proyecto se pensó en 2004).
Josh Brolin, uno de los actores más habituales en el cine de los Coen, fue el encargado de protagonizar ¡Ave, César!, cuyo reparto fue sencillamente increíble. George Clooney, Ralph Fiennes, Scarlett Johansson o Channing Tatum fueron algunos de los intérpretes que participaron en el film. Este fue el mayor atractivo de un film que, a pesar de las buenas críticas, pasó desapercibido entre el gran público; cabe decir que el cine de los Coen nunca ha sido muy comercial.
Lo inhabitual de ¡Ave, César! es la premisa que presenta: el film nos permite presenciar un día en la vida de un trabajador que se encarga de múltiples tareas para que todo vaya sobre ruedas. Al margen del personaje de Brolin (eje central de la trama), vemos varios rodajes típicos de la época (musicales, westerns, dramas de época…). Estas secuencias ayudan a amenizar una película que en ningún momento se hace pesada y destila originalidad por todos lados.
De entre todos los personajes, destaca un Alden Ehrenreich que ya demostró con esta actuación lo mucho que promete. Su simpático papel como Hobie Doyle, estrella del cine Western, está maravillosamente escrito, actuado y plasmado. De lo más memorable de la cinta.
Otro género utilizado en la cinta es la siempre agradecida sátira, tan amada cuando está bien realizada como detestada cuando cae en la parodia. En este caso, la sátira que ofrecen los Coen sobre el comunismo y el capitalismo es una genialidad. Toda la trama del secuestro del personaje de Clooney está tan bien escrita y pensada que hipnotiza al espectador. Es un tema peliagudo y no se suele tratar, pero nadie mejor que los Coen para tocar temas tabús.
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Aspectos como la dirección o la capacidad para cautivar al espectador es mejor ni comentarlos, ya que sería una pérdida de tiempo injustificada. Como si los Coen fueran capaces de fallar en algún aspecto técnico…
¡Ave, César! fue nominada a Mejor diseño de producción en la gala de los Oscars de 2017, pero perdió contra la inolvidable La La Land (2016). Todo lo referente al diseño de vestuario y decorados para plasmas los años 50 es, como cabía esperar, insuperable.
Tal vez el humor característico de los Coen no case con todos, pero la acidez habitual en la filmografía de estos genios está presente, ya sea a través de conversaciones sobre la naturaleza de Cristo o de las diferencias salariales entre los miembros de la industria.
¡Ave, César! es una carta de amor al cine, no solo a las historias que cuenta, sino también a la labor de hacerlo. A través del papel de Brolin presenciamos la verdadera magia del cine. Cómo a través de un par de decorados y un grupo de personas se puede transportar a alguien a una época totalmente diferente a la que le ha tocado vivir. El cine es mágico.