Show me a Hero: ¿Tenemos héroe?

Show me a Hero

David Simon que estas en los cielos,
galardonado sea tu nombre,
hágase tu voluntad,
así en el Netflix como en el Torrent..

Y es que entran ganas de rezar tras ver Show me a Hero. Una serie de la que más vale no leer la sinopsis: drama, política, racismo, casas de protección oficial. ¿Qué pereza no?

Show me a Hero

Pues aquí llega de nuevo David Simon, a darnos una buena torta a nuestro esquema mental de clase media alta blanca. Vuelve el Simon que nos obliga a cruzar el barrio, nos toma de la mano tranquilamente y nos ayuda a hacer un ejercicio de empatía que debería ser obligado ver en escuelas. “Yo no soy racista pero…” Déjense de asignaturas de ética y denle horas de Simons. Gracias David Simon, gracias por despertarnos de nuevo.

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Simon trabajó para el periódico The Baltimore Sun durante veinte años.

La paradoja es que para muchos David Simon puede ser un somnífero. En este caso narrando la historia real de Nick Wasicsko, diputado y alcalde en Yonkers (Nueva York). El resumen es simple: un juez obliga al ayuntamiento a construir casas de protección oficial en un barrio acomodado, y sus vecinos se oponen. El dilema estaba servido. Y no me pregunten cómo, porque solo le pertenece a él saberlo, pero Simon narra con calma y dulzura y a su vez con tensión ese complejo proceso de toma de decisiones, personales y colectivas. Dando espacio y tiempo a la historia personal, sí, pero también a la mediación, al acercamiento, al reconocimiento del otro. “Los otros y nosotros” titulaba Aramburu. Pues llega Simon a contrarrestar este mecanismo de defensa, ese odio «al otro«, que tanto une. Y lo hace reconociendo al otro. Porque conocernos nos conocemos, pero cuesta reconocernos.

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Y ojo, no sólo trata de reconocer al débil, a la madre salvadoreña que abandona su ciudad, al «nigga«’ de la esquina. También se trata de reconocer al diputado que se ve entre la espada y la pared, incluso al político honesto y con algo de cordura y humildad. Y es de agradecer este baño de realismo si todavía tienes rondado en la cabeza la arrogancia y el laberinto de House of Cards.

Lo que abruma de Simon es, como siempre, su capacidad para moverse entre contradicciones. Para hacer que nada parezca épico pero sí para hacerlo sentir. Le ayuda en esta obra de arte un actor con un magnetismo especial: Oscar Isaac borda su interpretación -que ya ha sido comparada con las primeras de Al Pacino-. Y para ser justos debemos mencionar también a Paul Haggis, co-director de la serie. En fin, menudos dos monstruos se fueron a juntar.

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En Show me a Hero de paso se rinde homenaje al rock de los 80’, haciendo sonar a Bruce Springsteen varias veces; pero tampoco se le pasa por alto a la gente de HBO que entre los edificios del ghetto debe sonar el Kingdom rise and Kingdom fall de los Wailing Souls. Me quito el sombrero. Y me alegro de este combinado musical porque en Treme el señor Simon me dejó con sobredosis de Blues y Funk -me desvelaban esos conciertos, señor Simon!… Dios no es perfecto, vaya.

Show me a Hero

Por cierto, alguno se habrá preguntado por el título de Show me a Hero. Es un pequeño misterio que se resuelve durante un capítulo: «Muéstrame un héroe y te escribiré una tragedia» dijo F. Scott Fitzgerald, escritor americano de principios de siglo (confieso que no he leído nada suyo).

En fin, ya le digo al tal Fitzgerald que tengo mi héroe –es el señor Simon si, lo han adivinado-. Y entonces, si tenemos héroe, ¿dónde esta la tragedia? La tragedia es que Show me a Hero no esté colapsando la audiencia. Que lo haga GH Vip y Sálvame, esa es la tragedia.

Show me a Hero

Así que ténganlo en cuenta: Show me a Hero requiere algún que otro esfuerzo de concentración inicial, es compleja. Y pide tiempo. Pero siéntense en el sofá como un niño de 5 años y medio, con curiosidad, y disfruten. Y no se engañen cuando vean que está catalogada como “miniserie”: es una GRAN serie.

Gracias David Simon que estas en los cielos…
Y, sinó eres Dios, al menos que sepas que eres nuestro héroe.