House of Cards: nos sobran los motivos

Corren buenos tiempos para los amantes de las series. En esta ola de grandes producciones, algunas tienen un éxito indiscutible: House of Cards (Netflix) es una de ellas. No es casualidad cosechar un 8’1 en Filmaffinity. ¿Por que tanto éxito? A día de hoy, tras ver su 4rta temporada, tengo una larga lista de razones para seguirla. Así que intentaré -sin spoilearos– resumir en 5 puntos los motivos por los que vale la pena verla:
 Motivo nº1:
‘Porqué sino puedes con tu enemigo almenos conócelo bien’

Suele escucharse mucho la frase «House of Cards: la serie que permite meterse dentro de la Casa Blanca«. Es un tópico, pero llevan razón. Y es especialmente interesante poder meterte en las entrañas de un país (Estados Unidos) clave en la historia de la humanidad. Además la serie transmite una alta sensación de realismo que permite arrojar algo de luz a ese tipo de política tan oscura. Es interesante ver cómo grandes decisiones siguen tomándose en funcion de deseos personales, egos hinchados, rencillas entre personas, etc. Espero que nadie tome esto como un «todos los políticos son iguales», sino mas bien al contrario: el hecho de conocer la política de U.S.A., tan paradigmática y simbólica, puede ayudar a entender a cualquier otro país. Y meto en el saco sobretodo el nuestro, donde igual que USA también hemos sido un país extremadamente bipartidista, y en el que cuesta horrores dimitir (no como sucede en otros países europeos). Así que no solo como espectador, sino incluso como ciudadano, ver House of Cards supone un gran aprendizaje, y nos permite saborear la política, bastante mas que el mecánico y aburrido telediario de siempre, o el gag político ya resobado.

House of Cards

Motivo nº2:
Porqué es algo así como Juego de Tronos pero sin dragones y con Twitter’

Sí, a ti también te pasa, sale la última temporada de Juego de Tronos y te la «tragas» en una semana ¿verdad? Bueno, tengo una buena noticia: House of Cards puede ser una buena sustituta. Aparentemente no deberían tener nada que ver, House of Cards transcurre en la actualidad, la gente lleva corbata y usa smartphones. Pero encontramos muchos elementos similares. De hecho, si nos fijamos bien, el significado literal de la expresión «a House of Cards» es «un castillo de naipes», algo que ya de momento nos recuerda más a los castillos de reinos y familias Lannister o Stark. Y aquí tambien,  al igual que en Game of Thrones, todo el entramado de jerarquías puede desmoronarse si juegas bien tus cartas. Hundir imperios filtrando un chivatazo, como quien no quiere la cosa. Y es evidente que en House of Cards no rebosa tanta épica, pero le sobra solemnidad; y no aparecen seres mágicos que resucitan, pero nunca des por muerto a un rival político. En definitiva el ser humano sigue guiándose por las mismas pulsiones, girando entorno a contradicciones y polaridades similares.

Pd: aquí una parodia que mezcla ambas series:

Motivo nº3:

Porqué te permite hacer un poco de terapia de pareja gratis’

House of Cards gira entorno al matrimonio de Frank Underwood y su mujer Claire, interpretada por Robin Wright («La princesa prometida« , 1987), quien también por cierto es directora de varios de los capítulos . En política suele escucharse eso tan trillado de: «detrás de un gran hombre hay una gran mujer». Una afirmación anticuada, pero podríamos afirmar que sí, que detrás del ‘gran’ Underwood hay una ‘gran’ Claire que se desvive por él, que le ayuda a mantener la imagen en crisis internacionales, que le aporta ideas cuando al magnífico Sr.Underwood le faltan (rara vez por cierto), y que también le pone en su sitio cuando toca hacerlo. En la serie las dificultades matrimoniales se mezclan con maestría en las tramas, no son meras anécdotas de telenovela mejicana. Eso si …amor, lo que es amor, no se ‘dan‘ mucho: House of Cards no será precisamente un referente de romanticismo, pero la profundidad con la que se trata esta relación no deja de ser un espejo para muchas parejas y matrimonios.

House of Cards

Motivo nº4:
Porque es un Master en Detección de Manipuladores y Farsantes’

Durante los 4 años de serie hemos visto desayunar a Frank Underwood varias veces: siempre me ha fascinado esa calma, ese estómago sereno, que tiene en mitad de una crisis diplomática. Ese saborear sus tostadas y su té, aunque horas antes estaba manipulando a alguien o extorsionando a su amigo. Me recuerda a esa serenidad que quieren transmitir los políticos implicados en tramas de corrupción. Por eso House of Cards es el arte de plasmar que hay gente que miente muy bien, de entender el despreciable método con el que nos pueden llegar a manipular, ese ajedrez. Porqué la política para algunos es un mero juego de escaque: gente como Frank Underwood va 3 pasos por delante de su rival. Si además se apoya con los medios de comunicación, el lenguaje no verbal, y explota los vicios y las debilidades de sus enemigos… lo peta. Y es que no se trata solo de mentir: se trata de mentirte con solemnidad, con paciencia, con una sonrisa y rebuscando en lo mas hondo de tu vida privada para que ni te atrevas a replicar. De hecho la serie podría titularse perfectamente “Como ser un gran hijo de p*** y seguir sonriendo a cámara”. Así que si eres aspirante de partido político corrupto te felicito, esta también es tu serie.

House of Cards

Motivo nº5:
Porqué es historia viva de la Televisión’

Como comentábamos en la introducción, es una serie con un éxito brutal. Su creador es Beau Willimon, pero los capítulos están dirigidos por distintos directores de la talla de David Fincher (‘El club de la lucha’, ‘Seven‘, ‘Perdida‘, ‘La red social casi ná oiga!). Pero para ser honestos, la serie está inspirada en otra producción antigua de la BBC (House of Cards 1990) y le toma prestado uno de los elementos más característicos -casi místico- que nos trae la serie: la ruptura de la cuarta pared, ese momento en que el actor protagonista rompe la barrera de la pantalla, y nos habla directamente. Un recurso del que se agradece que no abusen. Son pequeñas dósis que te ponen el gallina de piel que diría Cruyff (…descansa en paz genio…). Además, quien nos habla es nada más y nada menos que Kevin Spacey , actor al que es mejor que no intente describir con adjetivos pedantes, no lo haría bien: es básicamente el puto amo y aquí tiene que hacer de puto amo. El señor Spacey en esta serie «se regala», debido justamente a que la serie lo requiere: es una serie donde nada, absolutamente nada, es en balde. Todo es relevante -cada gesto, cada movimiento, cada mirada, cada aspiración de aire…- Y por ello es fundamental que la protagonice un actorazo como lo es Kevin Spacey, que sabe sacar partido de su seguridad, de su seriedad, pero también de su simpatía y de su cara amable. Una cara amable que le permite ser perverso hasta límites insospechados. Así, el actor ha sabido encarnar con maestría a Frank Underwood, y hacerlo tan bien, que hace que te encariñes con un personaje detestable. Y en esa contradicción viviréis si decidís ver la serie. Estáis avisados.

House of Cards

*Aquí la introducción de la versión de la BBC

 Motivo extra*:
‘Porqué Kevin Spacey es el mejor profesor de inglés que vais a tener nunca.’

Y ya para terminar, como propina y enlazando con el último motivo, añado uno extra: dejaos de academias y método Vaughan, Kevin Spacey puede ser el mejor profesor de inglés, pues parte del éxito de Underwood es la claridad y eficiencia con la que se comunica, es un gran orador y por ello vale mucho la pena verla en versión original (Por cierto confieso que hago trampas: el inglés norteamericano va muy rápido, así que recomiendo ralentizar el pitch -velocidad- del reproductor para seguir bien los diálogos)